Hay jugadas inolvidables. De esas que quedan en la memoria de la fanaticada y terminan por volverse icónicas. “La mano de dios”; “La elástica”; “La ruleta”; tantas habidas y por haber en el planeta fútbol pero pocas como la de nuestro protagonista: Joel Hiqui, que en la semifinal entre Cruz Azul contra Morelia se hizo famoso tras patentar “La muertiña”.

“Ha sido más común que la gente me salude. Una vez se acercó un aficionado de Cruz Azul y me pidió que lo saludara con la mano que metí ante Morelia. No me molesta, es divertido. Para mi defensa, la jugada ya no valía”, comentó Joel Huiqui a ESPN cuando fue consultado por la jugada.

Todo se desarrolló al minuto 16 del primer tiempo. Tras un balón al área después de un tiro libre de Morelia, hubo un tumulto en el arco celeste en donde muchos jugadores de ambas escuadras quedaron apretujados y algunos en el piso, entre ellos Huiqui, que al menor despiste, y cuando el balón quedó botando para ser rematado por un jugador contrario, estiró la mano desde el piso y empujó la pelota privando del tiro al delantero de Morelia. Para sumar dramatismo, el jugador de La Máquina se quedó inmóvil tirado en el césped, como un muerto. De allí el nombre de la jugada: muertiña.

Como capricho del destino, Joel terminaría jugando en el club de Morelia tiempo después de la jugada polémica que fue vista por todos salvo por el silbante, que pitó falta a favor de Cruz Azul. Al momento de su presentación con el equipo de Morelia, Huiqui fue cuestionado por la acción.

“Tomás Boy me presentó ante la prensa. Cuando pasé a contestar las preguntas, la primera fue ‘¿cómo te sientes después de la mano que cometiste ante Morelia y ahora vas a defender?’. Fue la primera pregunta. Le dije que estaba consciente, que no fue una buena acción y que estaba convencido de que si tuviera que hacerlo para defender la playera de Morelia, lo haría”, expresó Huiqui.

Lo cierto es que aquella jugada terminaría por volverse una de las más famosas en la historia del balompié azteca. Y a pesar de lo buen jugador que resultó Huiqui, siempre será recordado por aquella tarde en que patentó “La Muertiña”.