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Una tarde calurosa se vivió en el Estadio Azul. Más de 30 grados centígrados marcaba el termómetro, algo a lo que los habitantes del Distrito Federal no están acostumbrados. Menor cantidad de afición que en encuentros pasados, pero con el sentimiento a flor de piel, pues La Máquina tenía un nuevo compromiso. Atlante, el rival. Inicio del encuentro. La afición tomó sus asientos y comenzaron las acciones en el partido. La barra “Sangre Azul” cantaba con más volumen que nunca, lo que hacía que el apoyo se sintiera en cada rincón del inmueble. La emoción azul vino en el minuto 45, cuando gracias a un gol de Emanuel Villa, la algarabía se hizo presente entre los cementeros. Un medio tiempo donde la lluvia comenzó a bañar la cancha celeste y la gente abandonó sus asientos durante el descanso para refugiarse de las inclemencias del tiempo. Segundo tiempo. La afición regresó a sus lugares para presenciar el regreso de Javier Orozco como anotador de La Máquina. Estalló la emoción en las gradas con el 2-0 de Cruz Azul. Por parte del Atlante, Giancarlo Maldonado fue el encargado de poner el marcador 2 a 1, mismo que no fue suficiente para apagar la alegría que inundaba a los fanáticos celestes. Una tarde más que se pintó totalmente de azul. Por Rocío Yelitza.