El 19 de septiembre del 2017 la tierra tembló en varias partes de México. Fue casi a la una de la tarde cuando en Ciudad de México empezaron a desplomarse edificios enteros y la polvareda se juntó con el smog característico del DF para hacer del aire una masa grisácea que dejó a ciegas por minutos a toda la ciudad.

La cifra oficial de muertos a causa del terremoto son 369, mientras que unas 250,000 personas quedaron damnificadas, entre las que se cuenta Aurora Robles, de 55 años, quien encontró un ‘ángel guardián’ inesperado en la figura de un exdelantero de Cruz Azul: el uruguayo Martín Cauteruccio.

La señora Robles llegó al Centro Universitario México junto a su esposo después de que su casa fuese destruida por el sismo. Tras el suceso, Aurora necesitaba de una andadera para poder caminar después de lastimarse la rodilla al tratar de salir del que fue su hogar. Entre los voluntarios que la asistieron ese fatídico 19 de septiembre, encontró uno de piernas fuertes al que en un principio no conoció, pero que al cabo de unas horas, se volvería inolvidable en su memoria.

Aurora comentó al diario Milenio que Cauteruccio estaba como voluntario barriendo, trapeando, dando de comer, y ayudando en lo que fuese necesario. Cuando se le acercó, cuenta la señora Robles, ‘Caute’ le preguntó: ““¿señora no va a cenar?”, le dije no me puedo parar, él me repreguntó cuál era el motivo, y yo le respondí: “es que necesito andadera y no hay””. 

El exdelantero de Cruz Azul de inmediato contactó con una amiga para que le comprara una andadera, y en menos de 20 minutos, la señora Robles podía desplazarse por su propia cuenta. “Esta no la deje, esta es suya, yo se la doy”, le dijo el artillero charrúa. Aurora rememora que fue otro voluntario el que le comentó que ese ‘ángel guardián’ era un jugador del Cruz Azul. “Cuando le vi las piernas, me dije: “ah sí, es jugador””.