Melvin Brown (Veracruz, 1979) dice que empezó a tomarse en serio el futbol después de los 16 años. Antes de que su talento y condiciones sobre el rectángulo despertaran la curiosidad de los ojeadores, pasaba su tiempo practicando baloncesto y beisbol... y cuando tenía horas libres, también ponía su empeño en el voleibol. 

A los 15 años fue a su primera prueba con Cruz Azul, y según sus propias palabras, "ni me dejaron cambiar porque no había pruebas ese día". Decepcionado, y con ganas de abandonar, siguió entrenando más por empeño que por convicción, y al año siguiente volvió: ese día si realizaron pruebas a nuevos aspirantes, y justo allí empezó a escribir su leyenda en Cruz Azul.

En una entrevista exclusiva con Bolavip México, Brown hizo un repaso por toda su trayectoria como cementero. Y además de rememorar sus mejores momentos sobre el césped, como la final de Copa Libertadores del 2001, el exjugador no se conforma y quiere más, y aspira sentarse en un banquillo.

- ¿En el de Cruz Azul?

- Sería una oportunidad de oro

"Tengo muchos compañeros que ya están dirigiendo como Chaco Giménez, Paco Palencia, José Saturnino Cardozo y Gabriel Pereyra. Creo que estamos cercanos, esperando que alguien nos dé la oportunidad. Cuando suceda, quiero repetir lo que hice cuando fui jugador: una sola oportunidad, tomarla y no bajarme del barco", destacó.

Tan fiero como lo era su carácter en los 90' minutos de partido, sus declaraciones no pasan por ningún filtro, y afirmó que son muchos los entrenadores que han pasado por el banquillo de La Máquina y no han aprovechado la oportunidad. "Tomás Boy la tuvo y lo desaprovechó. Sergio Bueno también, estuvo ahí y no lo aprovechó", destacó.

"Para mí dirigir a Cruz Azul sería una oportunidad de oro. Lo tomaría de inmediato, en un abrir y cerrar de ojos", contó.