El argentino jugó en la Máquina en 2004 y anotó 21 goles en 33 partidos, con una media de 0,64.

A principios de 2004, un argentino seleccionado nacional y proveniente desde el Birmingham inglés llegó como refuerzo a Cruz Azul por un año, en transferencia parcial. Luciano Figueroa, canterano de Rosario Central y con una cortísima carrera en Europa arribaba a la Máquina como bomba.

21 goles en 33 partidos, uno de los goleadores del equipo ese año, y con una de sus mejores medias personales, Figueroa partió al fútbol español y tras un largo peregrinar por Europa, Latinoamérica, y su natal Argentina, llegó al Johor Darul Takzim de Malasia en 2014.

Dos años como futbolista, donde fue goleador y campeón por primera vez; luego su retiro en 2015, su nombramiento como embajador del club en 2017, su regreso al fútbol a principios de 2018, para volver a abandonar la carrera y ser denominado nuevamente como el embajador del Johor Darul Takzim en mayo de este año. Ídolo, campeón, las tiene todas.

En agosto de este año y luego de tres meses como embajador por segunda vez, fue nombrado como el entrenador del JDT. De jugar en Cruz Azul a convertirse en ídolo en Malasia.