Es recordado como uno de los jugadores más queridos por la afición de Cruz Azul. También, y en el plano deportivo, su destreza en la zona media le hizo valedor del ingreso a la selecta lista de los mejores mediocampistas celestes en la historia del club. Hoy, Melvin Brown reconoció que pudo irse de La Máquina, pero su amor por los colores, lo impidió.

A pesar de la gran autoridad que destilaba cuando estaba sobre el césped, el mismo futbolista reconoce que la falta de ella afuera del engramado le hizo desaprovechar dos momentos cruciales en su carrera: emigrar al fútbol de élite, y encarar a Javier Aguirre en la selección mexicana.

“Hay dos veces que me faltó decisión, la primera, (irse de Cruz Azul) por amor a la institución, que yo con una mano en la cintura pude haberle dicho a Billy (Álvarez) yo me voy (al Deportivo La Coruña). No tenía contrato y yo me iba gratis.”, reconoció el exjugador en una entrevista en El Último Pitazo.

“Ojo, el pacto de caballeros, en el regreso, me hubiera complicado, pero igual y no regresas y si regresas ya con una carrera hecha”, reconoció resignado. El otro momento que lo marcó en su carrera, fue en la concentración para el Mundial Corea-Japón 2002. Según cuenta Brown, le faltó decisión a la hora de encarar a Javier Aguirre para pedirle explicaciones por su exclusión.

“Me faltó ser menos respetuoso. Yo me subo para ir al Mundial de titular. Llegando allá, litera, dejamos las maletas, vamos a entrenar y él me dice: ‘Melvin, no vas a jugar, te falta experiencia, estás muy joven, el siguiente Mundial es el tuyo’. Yo por respetuoso, por la derecha… Considero que me faltó lo que a lo mejor estaba esperando Javier Aguirre, el carácter. Y estaba muy bien preparado para ese Mundial”, reconoció.