Pablo Ceppelini llegó a Cruz Azul como uno de los mejores refuerzos de toda la Liga MX para el Clausura 2020. Con pasado en el futbol europeo, la edad propicia para el desarrollo pleno como jugador (29), y un presente donde despuntaba en el Atlético Nacional (Colombia), hizo que la prensa deportiva lo anunciara como el “fichaje estrella” que ayudaría a La Máquina a alcanzar la ansiada novena estrella.

Nueve meses después de aquella algarabía, poco queda de los calificativos con que se trataba de definir al futbolista charrúa. Hoy, Pablo Ceppelini se ha conformado con un papel testimonial con Cruz Azul y deshoja la margarita con la filial sub-20 de los cementeros, única alternativa para poder pisar un terreno de juego.

El último fin de semana, el del Clásico Joven, el delantero uruguayo se erigió como goleador al marcar un doblete en el duelo correspondiente a la categoría sub-20. Su participación con el primer equipo va en la misma ‘cuesta abajo’ en que va su valor de mercado: desde que llegó a La Noria el pasado mes de enero, su valor en el mercado, según la web Transfermarket, ha decaído un 25%.

No obstante, Ceppelini aún mantiene las esperanzas de hacer cambiar de opinión a Robert Dante Siboldi, y lo demostró en los últimos entrenamientos de Cruz Azul. Bajo la duela, en un día de gimnasio, el artillero charrúa desplegó todo su talento con una exhibición que a ninguno dejó indiferente.

Con dos auténticos ‘golazos’ en un mini torneo de futbol de salón, el uruguayo fue la gran estrella de la jornada. A tanto llegó la calidad de sus tantos, que desde el club le rindieron honores con sendas publicaciones en sus redes sociales. Siboldi, atento a la práctica, se veía a un costado de la cancha en silencio, pensativo; quizás, maquinando una posibilidad de que Ceppelini repitiera lo que acababa de hacer, pero en un campo cubierto de césped y con puntos en juego