La de Víctor Gutiérrez es una historia de superación. Empezó jugando en las calles de la colonia San Martín Xochinahuac en donde desarrolló las cualidades que lo llevaron a probar en equipos amateurs de la zona. Su apodo ‘Vitola’ nació en esos años de juventud por la delgadez ‘extrema’ que contradecía sus aptitudes como futbolista

Después de un periplo por varios equipos pequeños, disputó la Liga de Fútbol Ciudad Satélite, torneo que sirve de termómetro para medir quienes están por vocación y quienes por diversión. La Vitola formaba parte de los primeros, y de ahí dio el salto a las fuerzas básicas de Cruz Azul. Tras hacer todo el proceso con la cantera celeste, debutó en 1998 con la filial Hidalgo, para luego dar el salto al primer equipo de la mano de José Luis Trejo.

Titular indiscutido. A partir del año 2000 se hace un fijo en las alineaciones del estratega celeste, en donde se consolidó como uno de los defensores más fiables de todo el torneo. Gutiérrez formó parte de la base defensiva que llevó a La Máquina a la final de la Copa Libertadores 2001 que se perdió ante Boca Juniors (Argentina).

Carismático y siempre luchador dentro del terreno, el exjugador se ganó a toda la afición cruzazulina, que veía en el espigado defensa, un jugador de la fábrica que representaba todos los valores de la escuadra cementera.

Tras cinco años en La Noria, Gutiérrez tuvo un paso fugaz por Jaguares en el Apertura 2004 y Necaxa (2005-2007). Retornó a Cruz Azul para un efímero momento pues el 3 de Mayo de Paraguay se interesó en sus servicios. A tan solo seis meses de su llegada, retornaría a sus raíces: la filial de Cruz Azul, y allí, justo en el lugar en donde se hizo profesional, se retiraría como jugador.