La gran crítica que se le realizó a Iván Alonso en el último mercado de pases es que no contrató a ningún elemento para reemplazar a Uriel Antuna. A pesar de que Tigres pagó mucho dinero para fichar al Brujo, en Cruz Azul no se encargaron de encontrar un reemplazante. Si bien es cierto que el regreso de Gabriel Fernández es inminente, es evidente de que se trata de un jugador con características distintas.
En el último periodo de transferencias se hicieron intentos por grandes nombres como Alejandro Zendejas o César Huerta, pero sus clubes no estuvieron dispuestos a negociar. Entonces, en La Máquina tomaron la decisión de no realizar ninguna compra de pánico con el objetivo de fichar a una figura en invierno. Y según los reportes de los últimos días, el futbolista que quieren en La Noria es Roberto Alvarado.
El Piojo es uno de los mejores delanteros de la Liga MX y lo está demostrando en cada jornada del Apertura 2024. Lo que complica su contratación es que hace unas semanas renovó su vínculo con Chivas hasta 2028. Ante este contexto, Carlos Córdova informó que el fichaje de Alvarado por Cruz Azul “no sería posible pronto”.
La realidad es que el Piojo tiene una cláusula de entre 18 y 20 millones de dólares para el futbol mexicano, una cifra impresionante. Aunque el conjunto cementero todavía mantiene el 50% de su ficha para facilitar las negociaciones, en el Rebaño no quieren perder a su principal figura. Por lo tanto, no es para nada una operación sencilla de resolver en el corto plazo.
¿Cruz Azul necesita fichar a un Piojo Alvarado?
Algo que quedó demostrado a lo largo del Apertura 2024 es que Cruz Azul pudo adaptarse muy bien a un sistema sin extremos. Los carrileros son los encargados de darle profundidad al equipo y los delanteros tienen la posibilidad de moverse por todo el frente de ataque. Esta es una táctica que le ha dado mucho resultado a Martín Anselmi y se espera que se potencie con el regreso del Toro Fernández.
Aún así, el Piojo Alvarado ha evolucionado mucho en su juego y si bien inicia por la derecha, casi siempre termina moviéndose por el centro del campo. Por lo tanto, se podría decir que el futbolista de 25 años es más un organizador ofensivo que un extremo con juego individual como lo era Uriel Antuna. No hay dudas de que podría ser una pieza impresionante para darle un salto de calidad a una Máquina Cementera que potencia a todos sus apellidos.