Cruz Azul es un equipo que históricamente a comprado a futbolistas sudamericanos, tratando de tener esa garra y calidad en sus plantillas. En ese aspecto quien domina la lista es Argentina, cuna inagotable de cracks que a comienzos de los años ‘2000, nutrió al cementero con un goleador.
Se trata de Rodrigo Astudillo, ex delantero que habló en exclusiva con Vamos Azul y repasó un recorrido de vida que hoy lo encuentra fuera del fútbol profesional. Aseguró que actualmente está “un poco apartado del fútbol”, aunque sigue ligado desde el rol de entrenador, una etapa que lo apasiona desde hace varios años.
El ex de Cruz Azul explicó que obtuvo su licencia pro hace tiempo y que todavía sueña con dirigir en el corto plazo. “Es algo que me gusta, me apasiona”, afirmó. Sin embargo, aclaró que hoy sus prioridades también pasan por su entorno cercano: “Tengo otros negocios en mi vida personal, con mi familia, mi señora y mis hijos”.

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Entre esos negocios aparece el rubro inmobiliario, una actividad que adoptó cuando aún era futbolista profesional. “Mi señora es martillera y lo que uno iba ganando lo iba invirtiendo en propiedad, en ladrillo”, recordó. Hoy está abocado a un loteo familiar: “Estamos por empezar un barrio con muchos lotes; estamos en eso”.

Un paso breve por La Máquina (IMAGO).
Astudillo también repasó su origen futbolero, marcado por el legado familiar en Talleres. “Mi viejo estuvo en la época gloriosa de los 70”, contó. Él y su hermano continuaron esa tradición: debutó a los 17 años, consiguió un ascenso, ganó la Copa Conmebol y luego emigró al exterior. “De ahí se tenía la posibilidad y llegué a Cruz Azul”.
Sobre su llegada a La Máquina, recordó que el equipo venía de competir en la Libertadores y que su estadía fue más corta de lo esperado. “Tenía un contrato de tres años y estuve poco tiempo”, lamentó. Aun así, destacó el club: “Me trataron muy bien; me hubiese encantado quedarme los tres años”.
El delantero explicó que las circunstancias no ayudaron y que él mismo reconoce cierta falta de adaptación. “Fui muy joven, quizá no me adapté de la mejor manera”, admitió. Aun así, guardó un especial agradecimiento: “No pude dar mi máximo, pero estoy muy agradecido al club por haber confiado en mí”.
El mejor recuerdo de Astudillo en Cruz Azul
Entre sus mejores recuerdos aparece un gol a Pumas en el Estadio Azul, aunque confiesa que no recuerda todos los detalles: “Sé que fue un lindo gol. No me acuerdo cómo salió el partido, pero sí me acuerdo del gol”. También evocó su debut en Estados Unidos ante Toluca: “Hice dos goles y empecé muy bien”.
Astudillo relató que su llegada a México se dio luego de una transferencia caída al Reims de Francia, donde incluso viajó para firmar. “Cuando llegué bajaron la propuesta y se frustró”, recordó. Luego aparecieron River e Independiente, pero finalmente Cruz Azul compró todo el pase: “Ni lo dudé; era una buena oportunidad”.

Un breve paso para este goleador (Imago).
Su salida del club fue tan rápida como su llegada. Explicó que la dirigencia no tuvo mayor participación en la decisión: “Yo quería jugar”. Tenía ofertas de otros equipos y sintió que la falta de continuidad inclinó la balanza. “Quizá podría haber esperado, pero mi idea era jugar”, reconoció.
El ex futbolista destacó, además, el vestidor que encontró en La Máquina: “Había un grupo muy bueno, un mix entre experiencia y juventud”. Recordó nombres como Galdames, Matute Morales y Cesáreo Victorino, con quienes forjó vínculos durante su estadía. “Era un grupo bárbaro”, afirmó.
Llegan las buenas tras dejar Cruz Azul
Luego de su paso por México llegó su etapa en San Lorenzo, donde construyó una relación duradera con Rubén Insúa. “Hasta el día de hoy nos mandamos mensajes”, contó. Esa etapa casi se prolonga antes de una lesión en Estudiantes, pero finalmente decidió unirse al Ciclón, donde ganó la Copa Sudamericana.
Astudillo sufrió una fractura de peroné en un clásico ante Huracán que lo mantuvo ocho meses fuera. Cuando volvió, con Pipo Gorosito como DT, optó por regresar a Talleres, entonces sumido en problemas deportivos e institucionales. “No me arrepiento de nada”, afirmó al repasar esa etapa.
Posteriormente jugó en Alianza Lima y en el fútbol chileno, con una experiencia positiva fuera de la cancha. “Un país donde hasta me gustaría vivir”, dijo sobre Perú. En ambos lugares valoró el trato recibido: “Muy respetuosos conmigo”.
Su carrera continuó en Colombia, donde vistió las camisetas de Millonarios y América, dos gigantes del país. “Son casi clásicos”, señaló. En Millonarios jugó seis meses con buenas actuaciones, y luego pasó a América, donde fue campeón. “Me han tratado muy bien en los dos”, recordó.
La recta final de su carrera y a una edad llamativa
De regreso en Argentina, su primera intención no era seguir jugando. “A los 30 años no tenía muchas ganas”, admitió. Aun así, por pedido de un dirigente local, aceptó jugar en Colegiales, aunque no terminó la temporada. Finalmente cerró su carrera en Deportivo Colón, en su ciudad, algo que siempre había querido.
Astudillo aseguró que tuvo ofertas en Nacional B y Primera División antes de su retiro, pero optó por priorizar a su familia y comenzar un nuevo camino fuera del fútbol profesional. “Decidí terminar y seguir con lo otro”, resumió. Hoy, ese “otro” es un equilibrio entre el negocio inmobiliario y su vocación como técnico.





