Cruz Azul se encuentra en la antesala de uno de los duelos más trascendentales de la temporada. Si bien trajo valioso empate de El Volcán, La Máquina se jugará este jueves el pase a la final de la Concachampions frente a Tigres, con el Estadio Olímpico Universitario como escenario y el apoyo de toda la afición.
El gol de Rodolfo Rotondi en Monterrey no solo dio un pequeño respiro, sino que también encendió la ilusión de una afición que sueña con volver a conquistar un título internacional. Sin embargo, en La Noria nadie se confía: saben que Tigres es un rival de jerarquía, con experiencia en este tipo de instancias, y que para avanzar hará falta mucho más que una ventaja mínima.
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Este contexto exige a Cruz Azul y a Vicente Sánchez una alineación que refleje la mejor versión disponible. Y la afición celeste ha hecho sentir su voz a través de las redes sociales. Allí pidieron por un futbolista que (consideran) tuvo una destacada actuación en el partido de ida.
Se trata de Jesús Orozco Chiquete, y la posible ausencia de Gonzalo Piovi, que continúa trabajando por separado y aún no estaría al 100% físicamente, refuerza ese pedido. “No lo ocupamos por que el chiquete anda muy bien”, “No problem. Chiquete estuvo muy bien en el juego de ida” e “Igual y está chiquete que lo hizo muy bien, también piovi puede servir de revulsivo para poner orden si se necesita“, fueron algunos de los comentarios.
Tito Villa pide que Luka Romero vaya al banquillo en Cruz Azul
Emanuel Villa fue claro al opinar sobre Romero en su última participación en El Podcast de La Máquina. “Es un tipo de chispazos“, afirmó. Pero, que haya pasado por tantos equipos a tan corta edad, le valió una fuerte reflexión: “Habrá que ver por qué no se termina de consolidar”.
“Hay jugadores que desde la banca te ofrecen mucho más que como titulares”, explicó. Para él, Luka Romero es un futbolista que brilla en momentos puntuales: es un revulsivo capaz de cambiar el ritmo cuando el partido lo exige. No obstante, lejos de ser una desventaja, el ex futbolista cree puede ser determinante en partidos cerrados, donde los “chispazos” marcan la diferencia.
