Para entender el presente de Cruz Azul basta con echar un vistazo al pasado reciente del propio club cementero. Un pasado -que si bien obsequió la novena estrella en el escudo del equipo- ha estado marcado por la falta de planeación y la notable ausencia de un proyecto deportivo. Justo este último punto -¡inexplicable en un equipo histórico del futbol mexicano!- es la base que explica la tragedia.

Hace unos días, escuché a Joel Huiqui, actual auxiliar de Joaquín Moreno y referente de La Máquina, decir que el deterioro de las divisiones inferiores de Cruz Azul -en resultados y producción de jugadores para el primer equipo- obedecen al proceso de reestructuración en la entidad cementera, destacando que desde que se dio el cambio en la presidencia no han encontrado restablecer el orden en el organigrama.

¡Por Dios! El ingeniero Víctor Velázquez asumió como presidente en agosto del 2020. ¡Cómo es posible que luego de poco más de tres años no han podido establecer el orden en la estructura de Cruz Azul!

Y si bien Huiqui apuntó hacia la falta de un proyecto en las Fuerzas Básicas, es claro que el diseño estratégico también es nulo en el representativo Femenil y el primer equipo de Cruz Azul. En ninguno de los casos se asoma un breve esbozo de lo que se pretende construir en el corto, mediano y largo plazo.

Víctor Velázquez, presidente de Cruz Azul (Foto: Imago7)

Víctor Velázquez, presidente de Cruz Azul (Foto: Imago7)

Ahora bien, ¿a qué obedece la ausencia de un proyecto deportivo? De acuerdo con los antecedentes, queda claro que la inexperiencia y el poco -¡o nulo!- conocimiento futbolístico del máximo jerarca del equipo cementero son la base de la catástrofe.

Para argumentar este último punto, valga destacar los cambios en la dirección deportiva de Cruz Azul durante la gestión del ingeniero Velázquez, que han ido de Jaime Ordiales a Álvaro Dávila, pasando por el regreso de Ordiales y la fugaz participación de López de Silanes, hasta el nombramiento de Óscar Pérez, este último ajuste aderezado por una enésima vuelta de Ordiales.

Tal situación -EVIDENTEMENTE- hace imposible la consolidación de un proyecto deportivo. Y es que los cambios en la dirección deportiva han provocado un escandaloso desfile de entrenadores, así como la salida de un grandísimo número de jugadores y la llegada de otros tantos. Una desgastante dinámica que se traduce en que cada torneo -o siendo menos estrictos, en cada temporada- el diseño estratégico inicie… ¡Desde cero!

¿Qué viene para Cruz Azul?

Viendo hacia el futuro, se sabe que -¡una vez más!- la directiva de Cruz Azul, encabezada por el ingeniero Velázquez, se plantea una nueva reestructuración en el equipo cementero. “El proyecto deportivo del 2024”, se destaca. Lo que apunta hacia un enésimo ajuste en la dirección deportiva, cargo que actualmente ocupa el Conejo Pérez.

Bajo ese panorama, todo apunta que la dinámica será similar a la de los últimos torneos: cambios en la dirección técnica, baja de jugadores -ahora incluso referentes- y el arribo de nuevos futbolistas, aquellos que se adapten a la filosofía del nuevo director deportivo y el flamante estratega.

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A iniciar desde cero

Está claro que Víctor Velázquez se mantendrá como presidente de Cruz Azul, la historia y los mecanismos propios alrededor del equipo cementera así lo dictaminan. En tanto, si se pretende construir un nuevo proyecto, ojalá que sea a partir de un organigrama sólido, con la esperanza de que aquellos que le saben a la industria del cemento se dediquen a eso y dejen que la tarea deportiva sea exclusiva de los especialistas, sin intervenir ni imponiendo soluciones que vienen de consejos ocultos, de esas múltiples voces que acechan al mandamás de La Máquina.