La nueva directiva de Cruz Azul ya tiene un enemigo confeso: Robert Dante Siboldi. De otra manera no se explica el empeño de la directiva cementera en el duelo de ayer ante el nuevo equipo del entrenador uruguayo. Los dirigentes celestes recomendaron a Juan Reynoso evitar cualquier rotación para lograr la victoria ante los Xolos.
El motivo principal, más allá de continuar con la racha activa y establecer un nuevo récord de puntos para un equipo de la Liga MX, tenía tintes más personales. Álvaro Dávila y sus allegados querían la victoria ante el estratega con el que mantuvieron una querella ‘digital’ el Guardianes anterior después de la eliminación ante Pumas.
De acuerdo a la columna San Cadilla, la cúpula de Cruz Azul no quería que el charrúa regresara de manera triunfal al conjunto que dirigió por espacio de un año. Tras caer ante los felinos en las semifinales el torneo pasado, los directivos publicaron un video en las redes sociales del club en el que hablaban de “planteamiento timorato” por parte de Siboldi.
El propio entrenador respondió con otra publicación en la que hacía pública su renuncia al club sin antes lanzar un dardo a esta nueva directiva que le acusó. Todo esto llevó a que los ánimos se caldearan en la previa de un compromiso, a priori, sin mucho significado para los intereses de Cruz Azul, que afrontan Concachampions entre semana y la han marcado en el calendario próximo como prioridad.
Sin embargo, Reynoso siguió los consejos de sus “jefes” y sacó al Estadio Azteca gran parte de arsenal. Después de los 90′ minutos, el empate dejó un sabor amargo, más que en el equipo, en la directiva, quienes no pudieron ver la caída de un enemigo que ellos mismos crearon y al que querían dar la puntilla.