Desde que Cruz Azul se mudó al Estadio Azteca para disputar sus encuentros de local hizo reformaciones al césped en las instalaciones de La Noria. La idea principal era generar en los campos de entrenamientos las mismas sensaciones del Coloso de Santa Úrsula, quepresenta un engramadohíbrido que permite altas dosis de actividad y una capacidad de regeneramiento mayor al césped común.
Las obras en el lugar de entrenamiento de La Máquina contó con varios incidentes que llevaron al equipo a buscarse otros sitios para desarrollar sus actividades diarias, y tras cuatro meses de trabajo arduo, La Noria presentó un césped híbrido, que, decían, era idéntico al que se usaba en el Estadio Azteca.
Sin embargo, el primero que puso la voz cantante fue Pedro Caixinha, quien se quejó con la directiva por el deterioro y malas condiciones del nuevo césped. La cúpula celeste a su vez, recriminó a la empresa que realizó los trabajos y les imputó a hacer las reformas necesarias para que el césped estuviera en condiciones adecuadas para la práctica del futbol.
Pasado el ‘sacudón’, Caixinha aminoró su discurso y el tema quedó archivado. No obstante, los problemas han vuelto y esta vez ha sido Juan Reynoso el que está sufriendo las consecuenciaspor unas instalaciones maltratadas y que no han sabido sobrellevar el uso diario de los equipos varonil y femenil.
De acuerdo a la columna San Cadilla, del diario Reforma, la directiva de Cruz Azul anda “muy inquieta” por el estado en el que se encuentra el verde. “Todo indica que van a mover al femenil a la cancha 3, que es el mismo lugar donde entrenan, así sea de césped sintético…”, se lee en parte de la información para establecer una de las soluciones que han encontrado los jerarcas.
Siempre y según esta misma información, los directivos, encabezados por Álvaro Dávila, están preocupados por el deterioro constante del engramado, y temen que esto le pueda afectar al equipo en la recta final del Guardianes y en la Liguilla Final.