El estadio Azul mostraba una de sus mejores entradas de la temporada, y no era para menos, pues Chivas era el visitante. Tarde sin mosaicos, pues la Federación Mexicana de Fútbol los ha prohibido por cuestiones de seguridad. El inmenso calor no logró apagar la emoción que destilaban los miles de aficionados cementeros que se dieron cita, como cada quince días, para apoyar al equipo de sus amores. Comenzó el partido, y con ello, los cánticos para apoyar a tanto a Cruz Azul como a los visitantes. Cabe mencionar que en las tribunas había gente de los dos bandos sentada en la misma zona, lo que fue motivo para realizar bromas entre ellos, lo cual provocó un momento muy ameno entre los asistentes al partido. El dominio de balón por parte de los Celestes cada vez era más evidente, pero pese a ello, en el minuto 35, el ánimo de la tribuna cayó, gracias al gol de las Chivas. Terminó el primer tiempo, pero los cementeros gritaban que el gol del empate estaba por llegar. Iniciaron las acciones del segundo tiempo, y con el ingreso de Javier “Chuletita” Orozco, las llegadas fueron más concretas para así anotar dos goles que fueron anulados. La afición estalló en cólera en contra del árbitro, llamándolo ¡…ulero!, y aplaudiendo el esfuerzo de Orozco. La algarabía se hizo presente en la tribuna cuando, por conducto de Edixon Perea, Cruz Azul anota el gol del empate. Muchas llegadas, muchas porras para los 2 equipos y mucha ilusión mostraron los asistentes durante las últimas acciones del encuentro. Los cementeros salieron molestos con el árbitro, pero satisfechos con el accionar de los de La Noria. Por Rocío Yelitza.