Una fecha FIFA que debía servir para afinar detalles rumbo al Mundial 2026 terminó convirtiéndose en un llamado de atención para toda la Selección Mexicana. Entre abucheos en Torreón, molestia del público en Estados Unidos y un rendimiento colectivo que volvió a generar dudas, el Tri cerró el año con más preguntas que certezas.

México llegaba a noviembre arrastrando una racha preocupante y la tendencia no cambió. Tras la dura goleada 0-4 ante Colombia y empates ante Japón, Corea del Sur y Ecuador, el equipo de Javier Aguirre no mostró señales de recuperación: cayó contra Uruguay y Paraguay. Todo esto, lleva a una suma de seis partidos consecutivos sin victorias y frente a selecciones clasificadas al Mundial 2026.

La afición tampoco escondió su frustración. En Torreón, el Tri salió entre reclamos y silbidos, mientras que en Estados Unidos volvió a escucharse el grito discriminatorio y los abucheos. En ese ambiente complejo, dos jugadores de Cruz Azul (Erik Lira y Jesús Orozco Chiquete) intentaron aprovechar una de las últimas oportunidades para mostrarse ante el cuerpo técnico del Vasco Aguirre.

Tras la derrota ante Paraguay, Aguirre no se guardó nada y dejó ver su molestia por lo mostrado en la cancha. El mensaje fue directo, firme y sin filtros. “Me voy intranquilo porque de repente veo cosas que no me gustan, y uno piensa que ya las tiene superadas, pero te das cuenta con el resultado negativo que no hay tal. Siempre buscamos rescatar cosas, rendimientos individuales, y la derrota nos enseña que no estamos aún donde quisiéramos estar”, reconoció.

La advertencia vino después: “El que no está preparado para ser abucheado o criticado, no sirve para estar aquí“. Pero el Vasco fue aún más claro al decir que “Hay jugadores que te demuestran que pueden y quieren, y otros que quieren pero quizás no pueden, no les alcanza. Pero de esto se trata, seguir buscando el once ideal”. La lectura es evidente: nadie tiene el lugar asegurado para el Mundial, y quienes no estén a la altura quedarán fuera de la lista.

Cruz Azul: de ser base de México a las ausencias recientes

Hace apenas unos meses, Cruz Azul llegó a aportar hasta cinco futbolistas a la Selección para la Copa Oro. El proyecto del club, su estabilidad deportiva y la buena forma individual de varios elementos los habían convertido en una pieza clave para el Tri. Sin embargo, la tendencia cambió drásticamente con el correr de las convocatorias.

En las últimas dos listas, Carlos Rodríguez, Jorge Sánchez y Ángel Sepúlveda fueron quedando fuera. Incluso el lateral, que parecía ganar terreno, fue “borrado” aún bajo el contexto de la lesión de Rodrigo Huescas. Rodríguez, por su parte, parece no convencer en Selección pese a su gran nivel en Cruz Azul.

Cruz Azul aportó 5 figuras a lo que fue la posterior coronación de Copa Oro 2025. (Imago7)

Lira y Chiquete fueron los únicos citados en noviembre. Sin minutos ante Uruguay, Aguirre los puso en el equipo titular ante Paraguay, pero también como casos a evaluar. Pero, la advertencia del entrenador aplica directamente para todos: la competencia interna es feroz y deben demostrar que están listos para partidos de peso.

¿Qué deben hacer los hombres de Cruz Azul para volver a ganarse un lugar en la Selección Mexicana?

Con menos de un año para el inicio del Mundial, el reloj empieza a presionar. Pero también representa una ventana de oportunidad. Para Lira, Chiquete, Charly, Sánchez y Sepúlveda, todavía hay tiempo para convencer a Aguirre… siempre y cuando el nivel acompañe. Tendrán por delante la Liguilla y la Copa Intercontinental para cerrar el año de gran manera y luego el Clausura 2026, donde se develará finalmente la verdad de si están a la altura.

Javier Aguirre ha dejado en claro que el nivel de los futbolistas será fundamental para armar la lista final. (Imago7)

El entrenador no regalará lugares. Su mensaje posterior a la derrota ante Paraguay lo confirma: solo estarán quienes muestren carácter, regularidad y rendimiento real en partidos de alta exigencia. Y Cruz Azul, que hasta hace poco fue la base del Tri, tendrá que volver a levantar la mano para asegurar a sus representantes en la lista definitiva.