Lorenzo Faravelli se ha convertido en una de las piezas más importantes del Cruz Azul de Vicente Sánchez, sin ser muchas veces el más vistoso. El argentino ha logrado ganarse el respeto del vestidor y la afición gracias a su inteligencia táctica, su constancia y su compromiso inquebrantable con el funcionamiento colectivo.
No solo aporta técnica y orden con el balón. Su principal virtud es su lectura del juego, esa capacidad casi natural para estar siempre bien posicionado y tomar decisiones que potencien al equipo. “El fútbol es un juego de roles, no de posiciones”, explicó en una entrevista con Pepe del Bosque, dejando en claro que su mirada trasciende el esquema táctico: se trata de interpretar lo que el equipo necesita en cada momento.
En esa charla, reconoció que para mantenerse vigente en el fútbol moderno, debió dejar atrás ciertas formas de jugar. Se refiere al cambio de paradigma que trajo consigo el Barcelona de Guardiola y el llamado fútbol posicional, donde los once jugadores tienen obligaciones tanto ofensivas como defensivas. Y ahí es donde su evolución cobra valor: dejó el ego del enganche atrás y se adaptó a un nuevo fútbol donde el compromiso colectivo es innegociable.
La gran influencia para Lorenzo Faravelli que busca ejecutar en Cruz Azul
Una de sus referencias es Xavi Hernández. No tanto por lo que hacía con el balón, sino por lo que generaba sin él. “Los futbolistas tienen la pelota dos o tres minutos en el pie como mucho. Hay 87 minutos donde hay que estar haciendo cosas que mejoren al colectivo”, explicó. Esa visión del juego lo lleva a realizar tareas silenciosas, muchas veces invisibles para el hincha, pero que son fundamentales para el equilibrio y la fluidez del grupo.
Lejos de los reflectores, Faravelli se ha transformado en un líder silencioso. Se pierde muy pocos partidos por temporada y siempre está dispuesto a sacrificarse por el equipo. Cuando falta, el rendimiento colectivo se resiente. Y no solo por lo que ofrece con el balón, sino porque ordena, acomoda y guía a sus compañeros dentro del campo: es una presencia imprescindible.
Una sociedad clave en Cruz Azul
Uno de los puntos más destacados del actual Cruz Azul es la conexión entre Faravelli y Charly Rodríguez. “Ya llegamos a un punto donde nos entendemos: si él se va, yo me quedo, si yo me voy, él se queda”, relató. Esa química entre ambos se ha vuelto vital para el juego del equipo. De esa sincronía nace gran parte del fútbol de La Máquina. Faravelli no solo entiende su rol: también comprende el del otro, y actúa en consecuencia.