Uno de los mejores porteros en la historia de Cruz Azul es Óscar Pérez, quien defendió la portería cementera durante muchos años. Su nivel en la Liga MX era tan alto que hasta fue parte de distintos procesos de la Selección Mexicana. No solo es un ícono de La Máquina, sino también de toda una época del futbol mexicano.
Aún así, el camino del Conejo Pérez para convertirse en una leyenda no fue nada sencillo. Justamente una de las complicaciones que tienen los canteranos guardametas es que resulta complicado que le den la confianza de ser titulares, suelen pasar por un proceso de adaptación. Sin embargo, al mexicano le dieron la oportunidad de ser titular en Cruz Azul con pocos años.
Lo cierto es que los errores comenzaron a aparecer y se puso en tela de juicio su preparación para hacerse cargo del equipo. Ante esta situación, el cuadro cementero fichó a Norberto Scoponi de cara al segundo semestre de 1994. En esta entrevista exclusiva con Vamos Azul, el ex portero contó cómo era su relación con el Conejo Pérez y el crecimiento que tuvo a su lado.
Norberto Scoponi le arrebató la titularidad al Conejo Pérez en Cruz Azul
La realidad es que Norberto Scoponi venía de ser uno de los mejores porteros de la liga argentina. Había sido campeón en tres oportunidades con Newell’s y fue parte de la plantilla que ganó la Copa América 1993. Por lo tanto, está claro que llegó al futbol mexicano para ser titular indiscutido en Cruz Azul.
“El Conejo atajó una temporada y no le fue muy bien. Con las presiones que tenía el equipo no anduvo bien y cometió algunos errores. Bueno, por eso también llegué y el pibe muy bien. El conejo era un arquero que era muy rápido, saltaba mucho, tenía muy buen el despliegue del piso era muy bueno, pero bueno, como todo arquero por ahí era joven, no sé si tenía 20 o 21 años. Le faltaba un poco más de fuerza mental, porque quiera o no, si el arquero tiene un desacierto, puede influir en el resultado”, comentó el argentino.
La influencia de Norberto Scoponi en la carrera del Conejo Pérez
Aunque Scoponi llegó para quitarle el puesto, esa competencia fue una de las cuestiones que impulsaron al Conejo Pérez a mejorar. “Cuando yo fui a Cruz Azul, trabajaba siempre conmigo y cuando me fui él se queda como titular y comienza su gran carrera. Siempre estuvo muy pegado a mi, a tal punto que me dice padrino”, confesó el portero sudamericano.
Al mismo tiempo, también explicó la importancia que tiene la fuerza mental en el puesto del portero: “Lo primero que tiene que aprender un arquero es hacer autocrítica, desarrollarla rápido y olvidar el mal momento que tuvo… porque el arquero no es como el jugador de campo que puede pensar. El arquero tiene que decidir en el momento y va a decidir bien o mal. Mientras más lo trabajes y mejores mentalmente, la decisión puede ser más oportuna. Esa la única diferencia entre el jugador de campo y el arquero”. Sin dudas es una enseñanza que ayudó al Conejo a convertirse en los mejores porteros de la institución.
