La derrota de Cruz Azul a manos de Querétarono caló tan hondo como se pensaba en el plantel de la Máquina. A pesar de ser sobre el final y con dos goles en tres minutos, los Cementerosno se han dejado doblegar, gracias a Pedro Caixinha.
El entrenador ha demostrado ser tan fuerte como un toro, y sacó a relucir su lado más motivador en las prácticas del plantel esta semana, con charlas que no dejan ver debilidad para convencer a sus dirigidosde lo que pueden conseguir este año.
El doblete es la obsesión de Caixinha y Ricardo Peláez, que están trabajando el lado psicológico más que nunca para que los jugadores no se sientan solos, y puedan trabajar todos como una familia por los objetivos: por esto, el portugués no se mostró enojado luego de la derrota, sino que solo trabajó para levantar a sus dirigidos. ¡Vamos arriba todos juntos!
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