Cuando dicen que la afición de Cruz Azul es la mejor de todo México y la más fiel, pese a la malaria de 21 años, no se queda en palabras, sino que en hechos concretos, incluso de fanáticos de La Máquina que no son de México.
Es el caso del japonés Hiroito Takashi, quien se hizo seguidor de los cementeros en 2001, cuando vivía en España y acompañó en el estadio al equipo en el Trofeo Teresa Herrera, además de seguir la campaña que nos llevó, ese año, a la gran final de la Copa Libertadores de América, ante Boca Juniors.
La locura que tiene este aficionado por La Máquina, provocó que hiciera a su mujer y sus dos hijos fanáticos de Cruz Azul, pero lo hoy sobrepasó los límites, porque viajaron todos juntos desde Tokio a Ciudad de México, y de ahí hasta Monterrey para acompañar al equipo en estas semifinales. Eso sí, se desconoce si permanecerá en el país para la revancha de este sábado en el Estadio Azteca.