Hay amores que no saben de tiempo, ni de espacios, ni distancias, uno de ellossin duda alguna es el que genera Cruz Azul en cualquier parte del mundo, y prueba de ello es Takushi, su más fiel aficionado que desde Yokohama, al sur deJapón,alienta a La Máquina desde hace ya más de dos décadas.

Es por ello que desde allá, desde elotro lado del planeta, en el continente asiático, no van a faltar las súplicas en favor del campeonato celeste, pues el insospechado seguidor cementero realizó un especial ritual para pedir que La Máquina conquiste su noveno título frente a Santos, en la serie que comienza esta noche en Torreón y se define el próximo domingo en el Estadio Azteca.

Takushi, quienha estado pendiente de Cruz Azul en todo el torneo, y por supuesto que en la Liguilla, a pesar de la diferencia de horarios entre México y Japón,compartió con Vamos Azul el momento en el que acudió a un santuario especial en su natal Japón, y que queda cerca de su casa, para rezar con especial devoción para que Cruz Azul logre por fin la ansiada novena estrella que tanto se le ha negado.

Takushi al lado de su hijo con la camiseta de Cruz Azul. (Foto: @CruzAzulMarinos)

Takushi al lado de su hijo con la camiseta de Cruz Azul. (Foto: @CruzAzulMarinos)

El ritual mereció de absoluto silencio, como toda plegaria que se ofrece con fe, Takushi llegó hasta el altar ycon la camiseta de Cruz Azul bien puesta, lo primero que hizo fue sacar una moneda del pantalón de su bolsillo para ofrecérsela a Dios por el favor que estaba a punto de pedirle.

Una vez que lanzó el dinero a la caja, aplaudió un par de veces con la intención de contactar a Dios,después se inclinó un par de veces y aplaudió el mismo número de ocasiones, para posteriormente comenzar a rezar con total concentración, finalmente, selló las súplicas con una inclinación más. “¡Listo, vamos CruzAzul!”,sellóTakushi.

¿Por qué Takushi es aficionado deCruz Azul?

El histórico Cruz Azul del 2001 y su paso por la Copa Libertadores no pasó inadvertido para nadie, tampoco para Takushi, quien ya conocía al equipo cementero al haber vivido en México en 1999 durante cuatro meses y que le llamó la atención por compartir colores con el equipo que apoya en su país, el Marinos, pero fue en aquella Copa en la que logró meterse a la Final, como toda una hazaña para el futbol mexicano, donde el aficionado japonés quedó completamente enamorado de La Máquina. Y quién no.

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