Un día como hoy pero de 2010, Christian Giménez prendió una pelota a las afueras del área en la cancha del Estadio Azul para ponerla en la esquina inferior izquierda del marco de Guillermo Ochoa y acabar con una racha de siete años sin triunfos ante el América.
$bp(“Brid_07062105”, {“id”:”6157″,”width”:”800″,”height”:”478″,”video”:”168069″});
El mes de Octubre nos prepara dos enfrentamientos trascendentales ante el rival odiado y justo en este mes se alberga uno de los recuerdos más dulces en la memoria reciente del aficionado azul: victoria ante el América y el surgimiento del último ídolo celeste en la figura de Christian Giménez.
Corría el minuto 52 de tiempo corrido en el Azul y el marcador se mantenía empatado a cero goles. El último triunfo ante América se remontaba a un doblete de Palencia en el Azteca siete años atrás para un 3-1 que ya no era cercano ni suficiente para la afición de Cruz Azul. Tenía que llegar “Chaco”.
El balón fue mal despejado por la defensa americanista y quedó a merced del botín derecho más emblemático de la última época azul; botín que no iba a permitir que se alargara la agonía a manos del acérrimo rival y pondría la pelota pegada al palo para un lanzamiento inútil de Guillermo Ochoa.
Cruz Azul se impuso al América por la mínima diferencia y Giménez marcó el primero de sus siete goles a las águilas enfundado en la camiseta celeste, para establecer algo en la mente y corazón del aficionado: había un nuevo ídolo en casa.