Ya son tres años. Fue el 21 de abril, pero de 2018, el último día en que Cruz Azul celebrara un partido en el estadio Azul. El mítico encuentro se disputó ante Monarcas Morelia, fue válido por la jornada 16 del torneo de Clausura 2018 de Liga MX, y el triunfo se lo llevó la Máquina por 2-0, con goles de Ángel Mena y Martín Cauteruccio.

De esa forma, y con un resultado favorable pero olvidable, terminó la historia de amor que se extendió por 22 años, desde que en 1996 Cruz Azul alquilara el Estadio de la Ciudad de los Deportes y lo nombrara Azul cada vez que celebrara partidos allí. De esa forma, el vínculo entre el recinto cuyas paredes y asientos eran celestes, quedaría aún más en evidencia.

El grupo empresarial Cosío Family, quienes ostentan la propiedad del estadio Azul, anunció en 2016 que no habían alcanzado un acuerdo con la directiva cementera por el arrendamiento del recinto, por lo que demolerían el coloso para construir en ese terreno un centro comercial y un hotel. Sin embargo, la edificación del shopping en esos terrenos ya quedó descartada.

 

Durante los últimos tres años, diversos "propietarios" temporales han pasado por el recinto deportivo. Fue la Liga de Fútbol Americano Profesional de México (LFA) quien utilizó el coloso para disputar en él las finales del torneo, e incluso se había rentado para amistosos como el de Leyendas del América vs Leyendas de Cruz Azul en septiembre de 2018.

No obstante, hoy es el Atlante quien ejerce de local en él. Los Potros se mudaron desde Cancún y volvieron al que también fuera su estadio. Hoy se llama Azulgrana y están en plena renovación de los asientos a dichos colores, y ya casi no hay rastros del paso de Cruz Azul por él.

La Máquina regresó al estadio Azteca para el torneo de Apertura 2018 y las informaciones previas a la pandemia aseguraban que no sería definitivo: la directiva que encabezaba Billy Álvarez soñaba con edificar un nuevo recinto deportivo para el club más grande de México. Para construir, desde él, una nueva historia.