14 de abril del 2013; 6 de junio de 1981; y 27 de julio del 2019. Esas tres fechas sintetizan lo importante de este día para la historia de Cruz Azul. La primera de ellas hace mención al día en que se conmemoró por primera vez el Día Internacional del Portero; la segunda corresponde a la retirada de Miguel “El Gato” Marín; y la última responde al último partido de Óscar “Conejo” Pérez como futbolista profesional.

Esa posición ingrata y los dos personajes mencionados, forman un trípode que dispara la siguiente interrogante: ¿cuál de los dos es el mejor portero en la historia de Cruz Azul?

Miguel Marín es catalogado como uno de los mejores extranjeros que han jugado en la Liga. Oriundo de Argentina, el Gato fue uno de los principales artífices de la mejor época de Cruz Azul: la década de los 70. En aquellos años La Máquina ganó cinco campeonatos del torneo local con el guardavallas argentino como figura estelar.

Nacido el 15 de mayo de 1944, el portentoso portero de 1,84 metros de altura, y con su mítico suéter de rayas blancas y celestes, llegó al club de La Noria proveniente de Vélez Sarsfield. 30 mil dólares fue el costo del pase para su arribo a México. Desde su llegada, con su melena y estampa propia de un modelo “vintage”, Marin se ganó el corazón de la afición celeste que encontró en el también llamado Superman, un seguro de vida.

En total, estuvo 10 años ligado al conjunto cementero bajo los palos. Tras varios problemas cardiacos que derivaron en operaciones quirúrgicas, tuvo una retirada convulsa a los 37 años en 1981. Un infarto fulminante acabaría con su vida el 30 de diciembre de 1991 a la edad de 47 años cuando se desempeñaba como entrenador del equipo de la Universidad de Querétaro.

La de Óscar Conejo Pérez es una historia de película. Tras 26 años en las canchas, puso fin a su carrera recién en el 2019. El exjugador que ahora actúa como preparador para porteros con La Máquina, es uno de los supervivientes del último torneo de Cruz Azul en la Liga MX, en 1997.

Su estela de laureles no es tan amplia como las de Marín, pero los 15 años que defendió el arco celeste, lo hizo congratularse como una de las figuras insignes en el conjunto de La Noria. El Conejo ostenta el récord de más partidos disputados para un jugador en la Liga (739), 470 de esos los hizo vistiendo la playera celeste.

El Conejo no solo ha sido un emblema para Cruz Azul. La Selección de México y todo el fútbol azteca se han visto beneficiados por el andar de un jugador que representa los valores más nobles de este deporte. Vistiendo la playera del Tri, disputó los mundiales de Corea-Japón 2002 y Sudáfrica 2010 como titular, en Francia 1998 se consoló con ser el tercer guardameta de aquella generación.

Con el Pachuca se consagró en el 2016 al levantar el Clausura de aquel año, además de ganar la Liga de Campeones de Concacaf también en esa etapa. Los títulos que se le hicieron esquivos con Cruz Azul los obtuvo con otros equipos, y aun así, su legado más grande se recuerda en las instalaciones cementeras.

En un emotivo partido ante Toluca, y bajo el equipo de sus amores en el Estadio Azteca, el gran Conejo Pérez ponía fin a una carrera de 26 años que lo consolidó como uno, sino el, de los jugadores más importantes en la historia del fútbol mexicano.