Fue hace 19 años, un 29 de mayo. Cruz Azul había conseguido la clasificación a los cuartos de final de la Copa Libertadores 2001 y su rival era, nada más y nada menos, River Plate de Argentina, uno de los equipos más míticos del país sudamericano, y al que la Máquina humilló en el estadio Azteca.

La ida se jugó seis días antes, el 23 de mayo,en el estadio Monumental de Buenos Aires y terminó con un apretado empate sin goles. La Máquina venía de derrotar a Cerro Porteño como local en los octavos de final y de alcanzar la remontada épica que les permitió clasificar a siguiente fase.

La vuelta, sin embargo, tuvo todos los condimentos para convertirlo en un partido épico, de esos que quedarán en la memoria de los aficionados celestes por el resto de sus vidas: ante un Coloso de Santa Úrsula repleto hasta arriba, Cruz Azul goleó por tres tantos a cero a River, y consiguió avanzar hasta las semifinales del torneo.

Los goles fueron convertidos por Juan Francisco Palencia en dos ocasiones y José Saturnino Cardozo, que reforzó al cementero en la Libertadores, anotó el tercero. La Máquina hizo que el Azteca pesara y humilló a River en un baile de los dirigidos por José Luis Trejo.

La hazaña se incrementa aún más cuando, mirando hacia atrás, uno recuerda que en el once millonario había estrellas como Andrés D’Alessandro, Ariel ‘Burrito’ Ortega, el Conejito Saviola, ‘Pipino’ Cuevas o Damián Álvarez. La Máquina mostró garra y rugió fuerte, en Argentina y en México, y se llevó la victoria, los tres puntos, la clasificación a las semifinales y el respeto de todo el continente. El resto de la Copa Libertadores 2001… es historia.