Luego de convertir dos tantos en el triunfo ante Querétaro, el delantero explicó por qué se siente capaz de jugar en Cruz Azul. “Acá no hay magia, todo es parte de entrenar”, advirtió. Después de observar varios partidos desde la banca, el delantero de 32 años aprovechó la oportunidad que tuvo el sábado pasado, frente a Querétaro, y sacó a relucir toda su capacidad goleadora. Por eso, al finalizar el encuentro, manifestó que tiene la experiencia y jerarquía suficiente como para integrar la plantilla cementera: “Trato de mostrar que es una camiseta que no me pesa, es un equipo grande y la exigencia es todos los días, en amistosos o entrenamientos, y eso te mantiene alerta”. “Acá no hay magia, todo es parte de entrenar. Uno quisiera que cada fin de semana llegaran los goles, pero así es el futbol, a veces te da, a veces no, pero hay que seguir para adelante”, señaló. “Voy a seguir trabajando igual, no voy a cambiar nada menos a mis 32 años. Es una posición donde trato de hacer lo mejor posible. Por ahí empecé, pero no es lo mismo a los 20 que a los 32, entonces trato de llegar al arco en la medida de lo posible y anotar, pero estoy consciente de que es una posición que demanda mucho sacrificio”, sentenció.