Fue a fines de 2017 cuando Sevilla y Cruz Azul hicieron oficial el acuerdo al que llegaban por el pase de Walter Montoya. El volante argentino de 24 años firmaba con la Máquina por los próximos tres años y se proyectaba como uno de los mejores jugadores que vestirían la playera celeste en mucho tiempo.

Sin embargo, eso no pasó. Apenas un año duró su carrera en la Máquina antes de que Pedro Caixinha decidiera incluirlo en la lista de transferibles y cederlo al primer club que pasara por en frente.

El primero fue Gremio de Brasil. Montoya apenas estuvo seis meses y, medio año antes de que su cesión finalizara, fue devuelto a Cruz Azul. Racing Club de Argentina fue el club que se interesó y solicitó un préstamo por 18 meses.

¿Qué implicaba esto? Que la Máquina se lavaría las manos con el Chaque, ya que considerando que su vínculo termina en diciembre de 2020, sería hasta ese momento en que estaría cedido en la Academia y no tendrían que preocuparse de un posible regreso.

Las declaraciones de Montoya en que aseguraba arrepentirse de haber jugado en la Liga MX y más aún en un club como Cruz Azul, terminaron por echar a la basura cualquier posibilidad de regresar a México y todavía no puede descartarse que cesen su contrato antes de tiempo.