Alguna vez compartió vestuario con figuras como Christian Giménez y Tito Villa, fue titular en partidos de Copa Libertadores de América y demostró destellos de calidad que hacían pensar en un futuro prometedor. Pero la historia de Maranhão en Cruz Azul no terminó como muchos esperaban.
El delantero brasileño, que hoy milita en el modesto Rio Branco del Brasileirao Serie D, recordó su breve paso por México, explicó por qué se marchó tan pronto y repasó una carrera repleta de giros inesperados, marcada por una tragedia que lo tocó de cerca y una fe que lo sostiene.
Sobre su llegada a La Noria, Maranhão desmintió la versión de que Cruz Azul se había fijado en él gracias a un video en internet. “Me siguieron durante seis meses jugando la Serie A del campeonato brasileño, no fue solo por video, hubo monitoreo por parte de la directiva de Cruz Azul”, aclaró.

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Su paso por el club fue corto, pero dejó huella en más de un partido, como él mismo subrayó: “Jugué muy buenos partidos, sobre todo con Cruz Azul, en la Copa Libertadores y en el campeonato mexicano, pero debería quedarme en México un poco más, aunque solo Dios sabe qué hubiera pasado”.
La adaptación al país no fue un problema. Al contrario, guarda un gran cariño por la experiencia vivida: “México es un país maravilloso, no había forma de no gustarme sinceramente, me ha gustado mucho pasar tiempo allí”, dijo con seguridad pese a algunas dudas que estaban instaladas.
También lo impresionó el entorno competitivo: “América en el Clásico Joven, un ambiente increíble dentro del estadio”, respondió cuando se le preguntó por el rival más complicado. Y fue claro al elegir la casa de Cruz Azul como la más imponente: “¡El de Cruz Azul!”.

Maranhao festeja su único gol en Cruz Azul durante el partido correspondiente a la fase de grupos de la copa Santander Libertadores ante Nacional de Paraguay (IMAGO7).
Uno de los episodios más recordados por los aficionados fue una desafortunada jugada donde terminó lesionado tras intentar un regate. Sobre eso, aclaró: “Me resbalé, el campo estaba bastante mojado, pero siempre hice ese regate y siempre me fue muy bien en México, incluso lo hice algunas veces en Brasil”.
En cuanto a sus compañeros, no quiso destacar a uno solo: “Es difícil responder a esta pregunta porque había muchos buenos jugadores en mi época. Podría nombrar fácilmente unos cinco nombres aquí, aunque los que mencionas (Chaco y Tito) son de los más importantes sin duda”.
La razón de su partida fue tan simple como reveladora: “El entrenador no me contrató (no lo había pedido), después algunos equipos me contactaron, pero decidí regresar a Brasil. Era muy joven y tomé una decisión precipitada en aquel momento”. Con la distancia que da el tiempo, Maranhão se sincera y reconoce que podría haber hecho más: “Debería quedarme en México un poco más”.

El brasileño recordó su estadía en La Máquina con mucha alegría.
Una polémica surgió años después, cuando Tito Villa dijo que lo ayudaba con papeles porque no sabía leer ni escribir. Maranhão lo desmintió con tranquilidad: “No es cierto, creo que fue un error de traducción y por eso la confusión: yo sí sabía leer y escribir normalmente, sólo que en ese momento no sabía español y me manejaba lógicamente en portugués”.
El recuerdo que más atesora de su paso por Cruz Azul es la magnitud del club: “El tamaño (la grandeza) de Cruz Azul, este fue un momento decisivo, es un club gigante que si bien conocía, tomé real magnitud estando allí e incluso tiempo después de irme”. ¿Y el peor momento? “Sinceramente no hay ningún momento feo que me haya tocado vivir”.
Su carrera lo llevó por varios clubes, una decisión que, asegura, no tuvo que ver con el rendimiento: “Siempre recibía buenas ofertas, así que siempre elegía la mejor. A veces, el contrato terminaba y me tocaba irme, pero no por bajo rendimiento o problemas internos”.
Un antes y después para Maranhao en su vida
Una de las experiencias más duras que vivió fue haber formado parte del plantel de Chapecoense un año antes del accidente aéreo. “Fue una época bastante difícil para mí. Me fui seis meses antes de que el Fluminense me comprara del Chapecoense. Dios me dio otra oportunidad. Tengo una foto de un amigo y yo solos. Era el mejor grupo que tenía, así que fue una época terrible que me ha costado superar”.

Maranhao estuvo en Chapecoense poco tiempo atrás antes de la tragedia (Getty).
Hoy, lejos de los reflectores, continúa con su carrera: “Sigo jugando muy bien todavía, sólo dejaré de jugar cuando Jesús me lo diga porque todavía estoy en buena forma física, mi equipo es Rio Branco, un muy buen equipo que si bien es humilde, da pelea para progresar”.
Y mientras tanto, el ex cementero también se dedica al rubro inmobiliario: “Tengo un negocio inmobiliario y de apartamentos, comencé hace algunos años y gracias a Dios me va bien también”. Sobre su futuro tras el retiro, su respuesta es directa: “No lo sé aún, mi propósito es difundir la palabra de Dios, de eso estoy seguro, lo demás aún no sé qué voy a hacer cuando deje de jugar”.
Como broche final, Maranhão eligió el gol más lindo de su carrera, una joya ante Gremio jugando para Goiás que aún puede verse en YouTube y que, a pesar de los años y los kilómetros recorridos, sigue siendo motivo de orgullo. La historia de un jugador que no cumplió las expectativas en Cruz Azul, pero que encontró su camino en el fútbol y los negocios.