Después de que se filtró un supuesto interés de Boca Juniors en contratar los servicios de Gonzalo Piovi hace tan solo unos días, no fueron pocos los aficionados que recordaron el caso de Pol Fernández. El mediocampista argentino pasó a las filas del cuadro de Buenos Aires tan solo un semestre después de haber fichado a Cruz Azul.
Pol cumplió su sueño y firmó con el que dijo era el club de su vida. Pero ahora la realidad es distinta y se negó a renovar su vínculo, por lo que saldrá de Boca al final de esta temporada. Su momento actual tampoco es el mejor. En la jornada de este fin de semana perdió los papeles y fue expulsado en el empate de su equipo ante Deportivo Riestra.
Corría el minuto 96′ de un partido que se disputó en el estadio La Bombonera. El delantero de Deportivo Riestra se enfilaba hacia el arco xeneize con varios jugadores rivales enfrente. Sin embargo, el ex jugador de Cruz Azul llegó por detrás y le propinó una fuerte patada en el tobillo que dejó al delantero retorciéndose de dolor en el piso.
Sin apenas dudarlo, el juez central le sacó la tarjeta roja a Pol Fernández mientras este se deshacía en aspavientos. Al final todo el público de La Bombonera pitó a su propio jugador ante lo que es una clara ruptura de las relaciones entre el mediocampista y sus aficionados. Un final que Pol no esperaba cuando abandonó Cruz Azul hace tan solo unos años.
¿Cómo le fue a Pol Fernández en Cruz Azul?
El oriundo de Granadero Baigorria llegó a Cruz Azul para la temporada 2021 con gran expectación. Al poco tiempo de arribar se embolsilló a los aficionados a base de buen juego y una precisión en los pases que recordaba a los mejores tiempos del Chaco Giménez. Sin embargo, poco tiempo después llegaría Boca Juniors con una mareante oferta que terminó por convencer al jugador.
Pol jugó un total de 56 partidos en los que anotó 3 goles y repartió solo 3 asistencias. Pero más allá de sus números sobre el campo, la implicación de Fernández en el juego se notaba a primera vista: de sus pies nacían las opciones de peligro de los cementeros y bajo su mando se erigía el control de la pelota.