Una de las mayores virtudes que tuvo Martín Anselmi en su llegada a Cruz Azul fue consolidar un vestidor más que unido. Los problemas internos había sido una cuestión que castigó bastante el rendimiento del equipo en el último año, así que esa cuestión fue clave. Es verdad que tuvo un pleito con Juan Escobar en sus primeras semanas en La Noria, pero se trató de un episodio aislado. De hecho, Uriel Antuna y Carlos Salcedo dejaron el club agradeciéndole al entrenador argetino.

Otra cosa que ha dejado en claro Anselmi es que cualquiera tiene la posibilidad de ganarse la titularidad si lo demuestra dentro del campo de juego. El caso ejemplo de esto es Erik Lira, quien estuvo cerca de salir en el último mercado y ahora es una pieza fundamental. Aún así, es evidente que el técnico tiene una relación muy especial con Lorenzo Faravelli, a quien pidió especialmente porque ya lo había tenido en Independiente del Valle.

La mano derecha de Martín Anselmi es Facundo Oreja, un ex futbolista argentino que está en su grupo de trabajo hace varios años. Curiosamente, el actual auxiliar de La Máquina fue compañero de plantilla con Gonzalo Piovi y Faravelli en Gimnasia. De hecho, su presencia fue importante para seducir al zaguero central que rápidamente se convirtió en uno de los mejores de la Liga MX.

En una entrevista con Gambeta, Oreja contó cómo maneja su relación con ellos en esta nueva etapa de su vida: “Hoy tenemos otra relación, no podemos hacer esas reuniones que teníamos antes cuando jugábamos en Gimnasia. Con Piovi y Faravelli nos queremos mucho pero los momentos son otros”.

Facundo Oreja junto a Lorenzo Faravelli en Gimnasia (El Día)

Facundo Oreja junto a Lorenzo Faravelli en Gimnasia (El Día)

Lorenzo Faravelli fue el mejor jugador del Clásico Joven

Más allá de que Piovi se ganó rápidamente el corazón de la afición cementera, el caso de Faravelli fue más complicado. El hecho de que su rol sea cumplir con cuestiones tácticas genera que sea bastante difícil que tenga una participación activa en los goles. Es verdad que en varios juegos fue el motor futbolístico del equipo, pero el tener pocos goles y asistencias lo condenaba.

La realidad es que Lolo ya había sido importante para la eliminatoria frente a Pumas en la liguilla, pero su rendimiento en el Clásico Joven fue lo que terminó de enamorar al pueblo celeste. El volante argentino tuvo una noche increíble y la coronó convirtiendo un auténtico golazo para sentenciar el 4 a 1. Su nivel fue tan bueno que la Liga MX lo eligió como el mejor jugador de la sexta jornada.