Ignacio Rivero sigue siendo el capitán sin gafete de Cruz Azul y en el duelo de la Jornada 3 frente a Xolos lo volvió a dejar claro. Referente, líder y Campeón de la novena; el todoterreno uruguayo sigue defendiendo, y sintiendo, la camiseta celeste como pocos y eso nadie lo puede negar.
Así quedó reflejado en el intenso festejo de Nachito cuando le puso su firma al primer gol de La Máquina en el Apertura 2023, con una pincelada perfecta desde su botín derecho, que confundió hasta el mismísimo Jesús Corona, otra leyenda del club, ahora defendiendo el arco fronterizo.
Y entonces, Nacho Rivero hizo lo que mejor sabe hacer. Demostrar que siente la camiseta de Cruz Azul como pocos, o como nadie, dentro del plantel que conforma la institución hoy en día. El mediocampista uruguayo desahogó en un grito eufórico todas las críticas que ha recibido, injustamente, en los últimos días, y él lo sabía.
Gritó como lo hubiera hecho en cualquier Final, hizo una seña contundente en alusión al silencio y acto seguido se sacudió la camiseta, la que ama y la que en esta serie de gestos dejó claro que defenderá a muerte siempre, sin importar si tiene la cinta de capitán o no, también injustamente, en su brazo.
Ignacio Rivero es de esos jugadores dignos de portar la camiseta de Cruz Azul, y de los que tanto ha carecido la institución en los últimos años. Su jerarquía no está a discusión y su amor por el club tampoco. Nacho lo ha dado todo y dejó más que claro que lo seguirá haciendo; pase lo que pase, el 15 celeste no soltará el balón.