Christian Giménez es, sin duda, uno de los ídolos más queridos por la afición de Cruz Azul. Con casi una década vistiendo la playera celeste, dejó una huella imborrable gracias a su entrega, goles importantes y la obtención de títulos, incluida la Concachampions 2014. Su carisma y liderazgo lo consolidaron como un referente dentro y fuera del campo, ganándose el cariño de la nación cementera y el respeto de sus compañeros.

Sin embargo, detrás de cada llegada estrella en La Máquina, hay historias que marcan el destino de otros jugadores, como la de Édgar Andrade. La llegada del Chaco a La Noria, a principios de 2010, no solo representaba la incorporación de un futbolista de gran trayectoria, sino también un cambio importante en la dinámica del plantel.

Para Andrade, la llegada del argentino coincidió con un momento complicado: con el Profe Meza como entrenador, no se sentía valorado ni tenía continuidad en el primer equipo. “Prácticamente jugué dos partidos en una posición que no era la mía, y ahí fue cuando dije ‘tengo que salir’”, confesó en exclusiva para Vamos Azul.

Edgar Andrade recordó cómo se dio su salida de Cruz Azul en enero de 2010. (JAMMEDIA)

El fichaje del Chaco, sumado a su falta de oportunidades, aceleró la decisión de un joven mediocampista de buscar nuevos horizontes: “Terminando el torneo, me acerco y le digo ‘creo que no voy a tener oportunidad’, el Profe me dice ‘sí, va a venir el Chaco’, porque fue cuando llegó el Chaco Giménez e iba a ser complicado, le dije ‘ok voy a ver qué puedo hacer’, y ahí fue, se empezó a dar”.

Así fue como se gestó su préstamo a Jaguares. Inicialmente por un año, Andrade aprovechó la oportunidad para consolidarse en el equipo de Chiapas, jugar con regularidad y demostrar su nivel. Posteriormente, tras ajustes en la dirección deportiva, se concretó la compra definitiva.

Hoy, al mirar atrás, Andrade entiende que la llegada del Chaco Giménez fue el punto final de un momento bisagra en su carrera. Aunque dejó La Máquina, conserva el aprendizaje y las experiencias de esos años. “Fue la mejor decisión que pude haber tomado”, aseguró, resaltando que a veces los cambios inesperados marcan el camino hacia nuevas oportunidades.

Édgar Andrade recuerda las finales perdidas con Cruz Azul en 2008

El paso de Andrade por Cruz Azul también estuvo marcado por momentos importantes en la cancha. Recordó las finales del Clausura y Apertura en 2008 contra Santos y Toluca, donde, aunque no se logró el título, vivió experiencias que lo marcaron. Sobre la primera, mencionó que fue un torneo que los motivó y enseñó: “Era la primera final y era como que ‘logramos estar en la final, está bien, tenemos que seguir así y todo’”, comentó, destacando la combinación de jóvenes y jugadores experimentados que había formado el Profe Markarián.

Las finales perdidas en 2008 impactaron de diferentes formas en Cruz Azul. (JAMMEDIA)

Sin embargo, la final contra Toluca tuvo un impacto distinto en él y en el grupo. Andrade la describió como “muy difícil” por situaciones inesperadas, incluyendo el golpe a Villaluz y el penal de Yosgart Gutiérrez. “Fueron cositas que se fueron sumando y al final terminas otra vez perdiendo, y sí te cuesta un poco la parte anímica”, confesó.

La divertida broma de Chaco Giménez a un canterano de Cruz Azul que lo marcó de por vida

El argentino no solo se ganó el corazón de la afición por su entrega en la cancha, sino también por cercanía con sus compañeros del equipo. Un ejemplo claro ocurrió con Francisco Flores, un canterano que debutaba con el primer equipo en 2012. Durante su primera concentración, el Chaco le gastó una broma inocente que, aunque sencilla, dejó una enseñanza importante sobre cómo adaptarse al entorno profesional.

El ex lateral derecho relató cómo Giménez lo hizo ir y venir con mensajes sobre descansar, traer café y el periódico, mientras él fingía dormirse. La broma terminó en risas, pero tuvo un efecto duradero: le permitió al joven jugador soltarse, sentirse parte del grupo y entender cómo se vivía la intensidad y camaradería dentro de Cruz Azul.