Para los jóvenes que se forma en un club histórico como Cruz Azul, las expectativas son enormes. Cada decisión se vive bajo la lupa de una exigente afición. Para Édgar Andrade, llamado a ser la gran joya cementera tras ser campeón del mundo Sub-17, la presión no fue una dificultad.
Tras su debut en 2006 con Isaac Mizrahi, comenzó a consolidarse en el primer equipo poco a poco. En 2008 encontró continuidad bajo la dirección de Sergio Markarián y luego con Benjamín Galindo, quienes confiaron en su talento y le dieron protagonismo en la Liga MX. Sin embargo, todo cambió con la llegada de Enrique Meza al año siguiente.

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En aquel entonces, pasó de ser titular regular a disputar apenas un par de partidos en seis meses. “Con el Profe Meza fue prácticamente jugué, no sé, dos partidos durante ese torneo, en una posición que yo no jugaba”, recuerda Andrade. A pesar de haber sido uno de los talentos surgidos de las fuerzas básicas, el mediocampista se encontraba limitado por la llegada de nuevos jugadores y decisiones técnicas que no le favorecían.

Édgar Andrade recordó su salida de Cruz Azul hacia Jaguares. (JAMMEDIA)
“Me acerco y le digo ‘yo creo que no voy a tener oportunidad’, y ahí se empezó a dar lo del préstamo a Jaguares”, comenta Andrade. “Para mí fue la mejor decisión que pude haber tenido“, añade sin titubeos, entendiendo que necesitaba un espacio donde jugar con regularidad y recuperar la motivación que la falta de minutos le había quitado.
Al mirar hacia atrás, Andrade reconoce que dejar Cruz Azul fue un momento difícil, pero necesario. La decisión de priorizar el juego y la continuidad profesional le permitió no solo mantenerse activo, sino también crecer como jugador y consolidar su trayectoria en el fútbol mexicano.
¿Cómo fue la carrera de Edgar Andrade tras salir de Cruz Azul?
En Jaguares de Chiapas, Andrade encontró la estabilidad que le faltaba: 115 partidos disputados, 15 goles y 16 asistencias. “Ahí le volví a tomar el gusto al fútbol. Aprendí a valorar muchas cosas. En Cruz Azul tienes todo a la mano; en Jaguares tuve que adaptarme a otra realidad y eso me hizo crecer”, explica.
El impacto de este cambio se reflejó en su desempeño: se convirtió en titular indiscutible, volvió a la Selección Mexicana y tuvo la oportunidad de jugar la Copa Libertadores. Cada desafío, cada partido, le permitió demostrar su calidad y confirmar que su salida de La Noria fue un paso estratégico para revitalizar su carrera.

Édgar Andrade reencontró en Jaguares esa continuidad que había perdido con Enrique Meza en Cruz Azul. (JAMMEDIA)
Tras su etapa en Jaguares, Andrade continuó su carrera en Morelia, donde también vivió momentos destacados. “Me hubiera gustado quedarme más tiempo en Morelia, la afición era increíble y el equipo tenía muy buen nivel. Ese torneo quedamos campeones de la Copa MX y tuve la oportunidad de marcar un gol en la final”, recuerda.
En 2014, Andrade tuvo un breve paso por Pachuca antes de emigrar a los Tiburones Rojos de Veracruz, donde permaneció hasta el final de su carrera en 2019. Sobre su retiro, recuerda: “Al final prácticamente ya no jugaba. Después de haber sido titular casi siempre, ya ni siquiera iba a banca algunas veces. Yo también ya no me sentía cómodo”. Así, a los 29 años, decidió cerrar un ciclo importante de su vida futbolística, poniendo fin a su trayectoria.





