Llegar al primer equipo de Cruz Azul no solo exige talento, sino también una mentalidad fuerte que permita adaptarse al entorno y la exigencia que representa la institución. Para las jóvenes promesa, la primera interacción con figuras consolidadas puede definir mucho. Francisco Flores, quien supo ser una de las grandes joyas azules y campeón mundial juvenil con México, recuerda esos momentos iniciales en una charla con Vamos Azul.
El caso del ex lateral derecho es particular porque fue promovido por Enrique Meza tras conseguir el título del mundo Sub-17 en el año 2011. “Fue un empujón enorme, porque llegué con la motivación a tope después de ganar un Mundial y de repente me encontraba trabajando con jugadores de gran trayectoria como Gerardo Torrado, el Chaco Giménez o Jesús Corona”, recuerda Flores.

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Ese primer roce de Flores con los referentes el primer equipo no solo representó un desafío, sino también la oportunidad de aprender directamente de ellos y demostrar que su talento podía sostenerse frente a los más experimentados. “Siempre he dicho que tuve una gran fortuna al llegar a un grupo de personas y jugadores profesionales“, comenta al respecto.
Pero el camino de Flores no comenzó en La Noria, sino mucho antes, cuando se formó desde mucho chico, y que luego se consolidó con el título mundial juvenil. Esa experiencia le dio la confianza para enfrentarse a figuras consolidadas del fútbol mexicano y mantener la motivación frente a retos como entrenar con un primer equipo lleno de jugadores de élite.
La divertida anécdota de Francisco Flores en su primera concentración con Cruz Azul
A comienzos de 2012, a Flores le llegó la oportunidad de estrenarse con el primer equipo. Y en los días previos a dicho partido tuvo un momento con Christian Giménez que lo marcó: “Con el Chaco fue el primero con el que concentré. En el primer viaje que me tocó, llegamos al hotel, terminó la comida y me dijo, ‘pues siesta, se cierra todo y vamos a la siesta’. Yo pensé: ‘a dormir, si dijo el Chaco que a dormir, pues a dormir’. Bajamos a la cena, subimos otra vez y otra vez ‘pues a dormir’, yo dije, ‘ay cabrón, este sí ya está viejito’”.
“Y luego me dijo: ‘el café me lo traes a las seis con uno de azúcar y me subes el periódico’. Yo era un niño, a todo decía que sí. Y mientras pensaba que ya estaba dormido, se empezó a reír y me dijo: ‘Es broma. Mira, suéltate, tienes que ser así, así’“, remató entre risas. Este tipo de gestos, explica Flores, ayudan a los jóvenes a relajarse y entender la dinámica del primer equipo.

Francisco Flores reconoció la cercanía que el Chaco Giménez tenía con el grupo en Cruz Azul. (JAMMEDIA)
Los consejos de Gerardo Torrado que marcaron a Flores
Más allá del humor, Flores subraya que ganarse el respeto de los jugadores de experiencia requiere disciplina y rendimiento. “Con mi rendimiento, con mi disciplina, con mi trabajo, poco a poco me fui ganando su respeto”, recuerda. Hoy, explica que su experiencia mundial temprana y la disciplina cotidiana fueron fundamentales para su crecimiento.
Entre los referentes que marcaron su formación profesional destaca también Gerardo Torrado, quien con pequeños detalles y hábitos diarios le dejó enseñanzas que trascendieron lo meramente futbolístico. “Él siempre fue un guía para mí. Tenía un entrenador para fortalecer y hacer estiramiento, y me decía: ‘Mira, yo le pago a él, tú decides si lo utilizas o no. Ahí está para que lo puedas aprovechar. Si yo hubiera hecho esto a tu edad, mi carrera la hubiera prolongado, tú decides’”, relata Flores.





