Cruz Azul llegó a Qatar con más sombras que certezas. Apenas unos días antes quedó eliminado en semifinales del Apertura 2025 frente a Tigres y en medio de ese panorama adverso y de un calendario implacable, La Máquina debía presentarse a cumplir su compromiso en la Copa Intercontinental, nada menos que ante un Flamengo poderoso y siempre protagonista del continente.
El equipo de Nicolás Larcamón no sólo enfrentaba la exigencia de un partido internacional, sino también el impacto emocional que implicaba conocer que la lesión de Jesús Orozco Chiquete era mucho más grave de lo que se esperaba. A la ya conocida ausencia de Kevin Mier luego de fracturarse la tibia ante Pumas, y a la larga recuperación de Andrés Montaño tras su intervención quirúrgica, se sumó la preocupante situación del Chiquete.

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El error fatal de Gonzalo Piovi para el primer gol de Flamengo ante Cruz Azul por la Intercontinental
En un principio se creía que su baja sería de tres a cuatro meses. Pero el reporte final de Adrián Esparza Oteo terminó golpeando más fuerte: daño en los ligamentos del tobillo, cirugía inmediata y una recuperación que se extenderá hasta los seis meses. Una noticia dolorosa para el jugador, para La Máquina… y también para sus aspiraciones rumbo al Mundial 2026, donde parecía tener un lugar en la órbita de Javier Aguirre.
Y fue entonces cuando Cruz Azul mostró su mejor versión como grupo humano. En los instantes previos al duelo ante Flamengo el plantel se reunió para la foto oficial del encuentro. Pero esta vez, había un detalle en el centro de la imagen: una camiseta cementera con el dorsal 5 de Jesús Orozco Chiquete.
No fue un gesto improvisado. Fue un mensaje. Una declaración silenciosa del grupo hacia uno de los suyos que vive quizá el momento más difícil de su joven carrera. Los jugadores levantaron la playera con orgullo, con camaradería y con una intención clara: recordarle a Chiquete que no está solo, que su lugar sigue siendo parte del equipo y que su ausencia se siente no sólo en la cancha, sino en el vestidor.
El error fatal de Gonzalo Piovi ante Flamengo
Apenas a los 15 minutos del duelo por la Copa Intercontinental 2025 contra Flamengo, un fallo en la salida marcó la primera diferencia: Gonzalo Piovi entregó un balón hacia el centro del área que terminó en los pies de Giorgian de Arrascaeta, quien no perdonó y definió con un gambeteo ante el portero para poner el 1-0 a favor de Flamengo.
Ese error cambió el ritmo del partido: lo que hasta entonces parecía un enfrentamiento parejo se inclinó en favor del equipo brasileño, dejando a Cruz Azul en desventaja desde muy temprano. Esa desatención defensiva, además de abrir el marcador, dejó a la defensa cementera en evidencia y generó críticas inmediatas hacia Piovi como responsable del primer gol.
El golazo de Jorge Sánchez contra Flamengo
Cuando parecía que la desventaja por el error previo podía llegar a ser determinante, Jorge Sánchez sacudió al partido con una volea perfecta al borde del área: tras una jugada colectiva por la banda izquierda y un centro elevado desde el mediocampo, el lateral conectó de primera intención y clavó el balón en el poste izquierdo de Agustín Rossi para establecer el 1-1 en el marcador.
Ese tanto funcionó como un respiro para Cruz Azul, que hasta entonces enfrentaba un panorama adverso. No solo devolvió la esperanza, sino que reactivó la ofensiva del equipo en un partido clave, dejando claro que aún con desventajas —técnicas o emocionales— hay oportunidades de recuperación cuando prevalece la convicción.





