Cruz Azul atraviesa un momento complicado en el Guard1anes 2020. Ante Tigres se consumó una nueva derrota y el tercer partido consecutivo sin anotar un gol, dos hechos que han dejado en una posición peligrosa a los cementeros de cara a la clasificación directa a la Liguilla Final.

El bajón futbolístico del equipo, y la sequía goleadora de las últimas jornadas, son parte de las razones que explican este presente de Cruz Azul, totalmente distinto a La Máquina avasallante de hace unos meses -en donde eran líderes y parecían ser el equipo a batir. Pero además de las razones antes descritas, se suma otro que ha sido un karma en toda la historia de la institución: los malos fichajes.

Para este 2020, Cruz Azul fichó a 8 jugadores, de los cuales, solamente dos han rendido a un nivel aceptable. Luis Romo, Sebastián Jurado, Jonathan Borja, Pablo Ceppelini, Álex Castro,  Lucas Passerini, Ignacio Rivero y José Joaquín Martínez, son los futbolistas que llegaron con la misión de ayudar a conquistar la novena estrella estas campañas.

Solo Luis Romo ha logrado asentarse en el once inicial. Su gran rendimiento en el equipo lo ha hecho ser la bujía del mediocampo celeste, además, su nivel fue premiado con una convocatoria a la Selección: por mucho, el mayor acierto de Cruz Azul en mucho tiempo. ‘Nacho’ Rivero llegó para este Guard1anes, y de a poco se fue ganando un puesto y hoy se cuenta entre los titulares.

No obstante, el resto ha tenido un papel tan testimonial que surge la interrogante: ¿para qué se les fichó? Salvo el caso de Jurado, una apuesta a futuro, el resto no se explica: Passerini fue cedido al Necaxa, mientras que Ceppelini, Borja, el Shaggy y Castro, no son tenidos en cuenta. Con la clasificación en peligro, cabría preguntarse si el mal momento también no es consecuencia de una mala planificación del equipo.