Aún sigue fresco el dolor de aquella noche. Estábamos en el Estadio Azteca alentándote desde la tribuna visitante, como siempre, hasta que un autogol en el último minuto nos atravesó el corazón. Perdimos la Final, ante el más odiado rival y de la manera más cruel que se pudiera imaginar, y mientras llorábamos desconsoladamente, empapados por la lluvia que hacía más trágico nuestro sentir, jurábamos que no podía haber un día más triste que éste en nuestra vida de aficionados. Pero ese día llegó: diste una estocada más, más triste y más dolorosa.

Pero esta vez el sentimiento es diferente.

 

¿Sabes cuántas finales lloramos? ¿Sabes de cuántas finales nos repusimos? Siempre con la ilusión que nosotros mismos, como tus fieles creyentes, nos construíamos, de imaginar que el próximo torneo sería mejor; porque a pesar de la decepción llegaba la jornada 1 y ahí estábamos, en la cancha, con la camiseta nueva bien puesta y creyendo ilusamente: “este año es el bueno”, ¿sabes que esa frase es el top 1 en el repertorio de burlas que también nos aguantamos por ti, no?

Y nos aguantamos también los refuerzos de medio pelo que nos vendías como figuras, las segundas y hasta terceras partes de entrenadores que nunca triunfaron en la institución, que sacaras por la puerta de atrás una y otra vez a nuestros ídolos, que tus jugadores fueran displicentes con la camiseta, los precios elevados para entrar al estadio, ¡quedarnos sin estadio! Que nos llamaran arrimados; burlas de todos, risas crueles, chistes. Eso y mucho más aguantamos por ti.

Siempre han dicho que tienes a la afición más noble del futbol mexicano por aguantar 22 años sin el título de Liga siendo uno de los equipos más grandes del país y no se equivocaron, pero ya no. ¿Cómo seguimos con la venda en los ojos después de esto?

Ricardo Peláez, hasta antier tu director deportivo, evidenció en un día lo que se venía echando debajo de la alfombra desde que Gillermo Álvarez y su familia llegó al poder en el equipo que tanto amamos. Un título de Liga en 32 años deja claro que el interés de estas personas no está en lo deportivo, sino en lo personal, en el poder, en el dinero.

 

Sólo hace falta ver el cinismo con el que el hombre al que echaron de la Cooperativa en 2010, acusado por un desfalco de 400 millones de dolares, se plantó en televisión para pedirle explicaciones financieras a Peláez, y de paso reclamarle, con una indignación sorprendente, por no haber obtenido el título de Liga en UN AÑO.

Ese tipo al que se le prohibió el acceso a tus instalaciones hace ya casi 10 años viene ahora a echar a la basura un proyecto comandado por uno de los pocos hombres de valores, y de futbol, que ha llegado a la institución y que tenía toda la intención de devolverte la gloria, como él mismo lo dijo.

Ése es Víctor Garcés, el de las cifras manipuladas en el traspaso de los jugadores, el de los promotores, el que antier ante un micrófono aceptó que como director deportivo quiere un títere que haga lo que la “directiva” (o sea él y sus cuñados) quiere, y como claramente Peláez no lo era, lo echó. El que, en una de las muy pocas frases que pudo concatenar en la conferencia de ayer, también advirtió abiertamente que seguirá habiendo intervención del famosísimo promotor Carlos Hurtado.

Ese hombre, es el que te tiene de nuevo en su poder, secuestrado, en complicidad con Alfredo y el eterno presidente Guillermo ¿y todo por qué? Por un favor que Billy tuvo que pagar para que no perdiera la presidencia de la Cooperativa después de haberse visto involucrado en temas legales: Cedió poder en lo deportivo y se quedó como presidente.

"Garcés y Alfredo apoyaron en el juicio de amparo indirecto folio 809/2019-IV que se llevó a cabo por el juez tercero de distrito en materia civil en la Ciudad de México. De esta forma, se anuló la sentencia en la que se anuló a ‘Billy’ en sus funciones como presidente de la Cooperativa", reveló el periodista León Lecanda con dicho documento en mano.

Ese tipo es el que dice que con su reestructuración te va a devolver la grandeza.

Y bueno, Garcés y Alfredo dejaron claro en la conferencia de ayer quién manda una vez más en La Noria, donde dicho sea de paso, Billy no se dio ni la molestia de aparecer.

Ya no, directiva. Ya no, jugadores. YA NO, CRUZ AZUL, no vamos a aguantar más. Esta vez el dolor es diferente, nos sentimos engañados, lloramos de impotencia, de rabia porque nos mienten en la cara y pisotean la grandeza de la que vivimos. Ya no queda nada del equipo que nos enamoramos, de la gloria que nos contaron nuestros abuelos, que alguna vez existió.

Sabemos que ni Siboldi, ni el ‘Conejo’, ni Palencia, ni Mohamed, ni nadie va a venir con una varita mágica a darnos la Novena, por la que tanto aguantamos, mientras no se vayan esos tres y el hijo, y el hijo del hijo y toda la familia que no ha hecho más que enterrar el legado que el señor Guillermo Álvarez Macías forjó.

 

También sabemos que a tu directiva no le importamos y que lo que opinemos se lo lleva el viento, pero algo hemos de aportar a tu causa: se propone no ir más al estadio, no comprar productos del equipo, no ver los partidos por televisión, en fin, no darle más dinero a estos señores que viven de nosotros y que no hacen nada por ti.

 

Y no hablamos de abandonar, eso lo hacen sólo los cobardes, nuestro corazón va a ser siempre celeste, y el amor incondicional que te juramos está intacto, pero estamos hartos y no queremos ser más tu propia burla. No más afición noble que se aguanta todo y no hace nada. Todo el amor a Cruz Azul, pero ni un peso más para los que destruyen la '9loria'.