Christian Giménez vivió los útlimos compromisos de Cruz Azul desde un palco en el Estadio Azteca. Tras su salida como DT del Cancún FC, el Chaco se volcó a apoyar a su exequipo y a su hijo, Santiago, quien se volvió una pieza fundamental para los intereses cementeros en la última etapa del Guardianes.

Esta noche tras los tres pitazos finales, y que daban la novena estrella a la institución celeste, el exdelantero de La Máquina fue uno de los primeros que se hizo presente en el césped para celebrar un título que a el se le hizo esquivo mientras defendía la playera de Cruz Azul, pero que ahora su hijo ha refrendado y lo puede tomar como propio.

 

"Tuvo que venir Santiago a salvarme", dijo entre risas Giménez mientras tenái una conversación con el programa La Última Palabra. "El (Santi) lo ha pasado muy mal en lo personal y se lo merece. Todo este equipo se lo merece porque lo han hecho fenomenal", dijo el Chaco sobre un engramado que le es muy habitual.

A pesar de ser considerado una de las mayores glorias en la historia de la institución cementera, Christian Giménez formó parte de esa avalancha de jugadores que a lo largo de 23 años se vieron impedidos de obtener un título de Liga. De esto habló el 'número 10' y dice que era un peso muy grande cargar con esa mala racha a cuestas.

"Hubo gente que trabajó mucho en el club y no pudo lograr esto. La verdad que mucha felicidad por la afición de Cruz Azul, por la gente que está dentro del club, por los jugadores... Es un logro muy importante para ellos y para la gente. Estoy muy feliz", declaró el padre de uno de los campeones de esta noche.