Primero fue Ignacio Rivero y luego Joaquín Martínez los que dieron la voz de alerta: en Cruz Azul no se trabaja lo mental. El llamado fue replicado por varios integrantes del plantel que solicitaban a un profesional de la materia en el cuerpo técnico de Juan Reynoso para sobrellevar los altibajos que provoca la competencia de alto rendimiento.

Desde la directiva escucharon las súplicas del plantel y recién al inicio de la Liguilla sumaron al staff técnico a Antonio Rivas, coach mental de alto recorrido y quien ya tuvo participaciones en el mundo del futbol en los conjuntos de Alebrijes de Oaxaca y posteriormente en el Necaxa.

En una conversación con TeleDiario, Rivas contó cómo fue el proceso en el que el plantel de La Máquina terminó por convencerse de que este era el año idóneo para romper con la malaria de títulos en la Liga MX. Además, resaltó la figura del entrenador del equipo, de quien dijo, fue el primero en dar el visto bueno a su llegada.

"El grupo lo pedía, y eso es algo que me informan cuando yo llego y lo cual favorece ampliamente a lo que el grupo necesitaba. El cuerpo técnico también lo pidió, de hecho, el primer contacto que tengo personal es con Juan Reynoso y me dice 'Bienvenido', y de allí vamos al vestidor y me hace partícipe directamente del proceso.", comentó.

El coach mental también se refirió a que los futbolistas celestes hicieron caso omiso de las burlas y mofas que los han perseguido por tanto tiempo. 'Cruzazulear', el mote con que se han definido algunos de los últimos fracasos del club en la competición local, pasó a ser una palabra prohibida en el vestuario.

"Había un ambiente muy determinado para ser campeón. No escuché del cuerpo técnico ni de parte de los jugadores el término 'cruzazulear'. Naturalmente el grupo ni siquiera lo tocaba. Traían esta sed de venganza natural, positiva y sana dentro del deporte. Traían un aire de revancha y sabían que este era el momento: era ahora o nunca. Era sí o sí.", señaló.