La renuncia de Guillermo Álvarez a su cargo de director general de la Cooperativa La Cruz Azul no solo no ha sido recibida en las oficinas corporativas, sino que además se duda de su veracidad por las incongruencias en la firma que aparentemente puso el mandamás cementero en la misiva.

De todos modos, de ser real, su dimisión no puede aceptarse hasta que los socios de la cementera se reúnan en una asamblea general, la cual no puede convocarse de un día para otro por las leyes que rigen a las cooperativas en el país. En dicha reunión, además, no pueden asistir los 45 cooperativistas suspendidos y que hoy componen la facción disidente.

Pero ya pusieron fecha y el próximo 26 de agosto será el "día D" y se celebrará la asamblea general ordinaria de socios de Cruz Azul y se elegirá un nuevo consejo de administración y vigilancia, ya que el que lideran José Antonio Marín y Víctor Manuel Velázquez siguen sin estar autorizados, por estar vetados.

Sin embargo, en la orden del día de la convocatoria a reunión no se toca el tema de la continuidad de Guillermo Álvarez en el cargo, por lo que se subentiende que asumen que la carta de renuncia es falsa y no hay nada que debatir.

En caso de ser real, esta es la instancia en que Billy deba presentar su carta (presencialmente o mediante sus abogados) y dimitir al cargo de director general de la Cooperativa, pero por ahora, mientras no se confirme la autenticidad de la renuncia, y sin una condena de la justicia en su contra, seguirá siendo el gobernante celeste.