Guillermo Álvarez vuelve a estar en el ojo del huracán. Dos meses y tres días después de la emisión de su primera orden de aprehensión por delitos de delincuencia organizada y lavado de dinero en la Cooperativa Cruz Azul, junto con otros ocho directivos de la cementera, nuevamente tiene posibilidades de caer en la prisión.
El expresidente de la Máquina está prófugo desde fines de julio y no ha vuelto a aparecer bajo la luz pública desde el 22 de ese mes, cuando el equipo de futbol presentó sus jerseys para la temporada 2020-2021 de forma virtual, día en que Billy emitió un discurso de agradecimiento a Joma.
Este viernes la situación cambió. Los abogados de Álvarez solicitaron una orden de amparo ante la Fiscalía General de la República, en contra de todas las órdenes de captura que hubiera a su nombre, pero el Juez Décimo de Distrito en Materia de Amparo Penal de la CDMX cerró el juicio y lo declaró concluido.
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¿Qué significa eso? El togado sobreseyó la petición de Billy porque solicitó el amparo “contra autoridades que no existen”, por lo que la solicitud habría sido mal presentada por sus abogados. Es más, Álvarez ahora debe presentarse en la FGR a declarar y entregar los nombres y los cargos de “los funcionarios que cometerían violaciones a sus derechos humanos”.
Esto implica, además, que el expresidente de Cruz Azul tiene dos órdenes de aprehensión giradas por la justicia de México, además de una ficha roja de la Interpol, ya que se teme que está fugado del país.