Pele, Maradona, Baggio, Platini, Blanco, Ronaldinho, Messi; todos apellidos inolvidables que forman parte de un selecto grupo en el futbol mundial: los números 10. El primero de los dorsales que termina con la soledad de las cifras está asociado al talento, al desparpajo, a la visión milimétrica; en síntesis, a lo distinto.

Portar la 10, o el 10, es sinónimo de calidad para cualquier jugador. Salvo contadas excepciones, quien posea el mítico 1 y 0 en la espalda está capacitado para ejercer un rol que no todos pueden sobrellevar sobre sus hombros. Es el faro que guía los ataques de un equipo, y sobre el pesan las esperanzas de una afición que anhela una jugada mágica que compense el dinero gastado por una entrada o el tiempo invertido enfrente de un televisor.

 

Aquellas excepciones mencionadas líneas arriba, tienen como protagonista a Cruz Azul. El número 10 en La Máquina ha pasado a ser un lastre que se ha vuelto una pantomima con el correr de los últimos torneos. Su relevancia en La Noria está tan menospreciada que pocas noticias se saben del portador actual.

El último 'Gran 10' que tuvo Cruz Azul fue Christian Giménez. El Chaco supo cargar sobre su espalda todo el peso que conlleva tomar las riendas de un equipo. Bajo su tutela, la playera estuvo bien custodiada en 331 partidos. El argentino es el último símbolo que se ha ganado el corazón de todo el aficionado celeste.

Después de su salida en el Clausura 2018, el número pasó a manos de Walter Montoya, quien lo portó por apenas una temporada hasta el Apertura de ese mismo año. Solo anotó en una ocasión en los 740' minutos que jugó. De allí salió a una serie de cesiones, y hoy está peleando por entrar en los planes de Juan Reynoso.

De Montoya pasó a manos de Pol. El mediocampista argentino llegó como un fichaje estrella después de haber salido campeón en su país; sin embargo, la realidad pudo con el y terminó marchándose a Boca Juniors seis meses después.

Otro sudamericano, esta vez desde Colombia, pasaba a engrosar la lista de 'dieces' cementeros. Álex Castro, el actual portador. Su bagaje en el equipo es solo un testimonio de pocas páginas desde su llegada a principios de 2020. En el pasado Guard1anes, apenas disputó 16' minutos; y ahora con Reynoso en el banquillo, siquiera ha debutado en los dos primeros compromisos... ¿El Chaco dejó el listón muy alto?