El día que se concretó la venta de Igor Lichnovsky al Al Shabab de la Liga Árabe, prensa, club, y afición pusieron 'el grito en el cielo'. Pero una nueva investigación independiente, avalada por la nueva administración de Cruz Azul, determinó que la salida del defensor chileno se dio por un error en su contrato, que no estipulaba ninguna cláusula de rescisión.

En un reportaje que publicó el diario Proceso, y en donde se detalla todos los enredos de la administración de Guillermo Álvarez al frente de la institución, se informa que el equipo dirigido por Pedro Caixinha pagó 1,5 millones de dólares a Cruz Azul por el pase del futbolista suramericano: Igor costó dos años entes 3 mdd.

"Le voy a ser muy franco: la realidad es que los árabes fueron muy decentes, porque aceptaron negociar con nosotros y nos acabaron dando millón y medio de dólares, cuando el jugador costó 3 millones, porque se lo hubieran podido llevar a la buena de dios. De lo perdido, lo que aparezca", expresa una fuente anónima del club en la investigación.

Y es que Robin Álvarez, hijo de Billy, y encargado de los contratos de los futbolistas cementeros, olvidó estipular una cláusula de rescisión en el caso de Lichnovsky, por lo que el jugador contaba con total libertad para negociar su vinculación a otro equipo sin necesidad de informar a La Máquina.

Este 'desliz' fue el que permitió que Igor partiera al club árabe por un monto inferior al que pagó Cruz Azul al Necaxa en el 2018. Sin una cláusula que blinde al futbolista y determine un precio a pagar por cualquier interesado, el jugador no tiene restriciones para tantear la posibilidad de migrar a otro club.