En 2017, dos infartos cerebrales mientras trabajaba en el Real Potosí de Bolivia, dejaron a Julio Zamora muy afectado de salud y prácticamente en la quiebra económica. El que fuera la mitad de la mejor dupla goleadora de Cruz Azul, casi murió.
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Hoy, a casi un año de sus problemas de salud, Zamora regresó a México y fue el entrenador de Leyendas de Cruz Azul, en el amistoso ante América que marcó la despedida al Estadio Azul. Y su añorado amigo Carlos Hermosillo le dedicó unas emotivas palabras en el vestidor minutos antes de saltar a la cancha.
En medio de una lluvia de aplausos, el Grandote de Cerro Azul, señaló que "primero que todo, yo creo que hay que agradecerle a Dios porque tenemos aquí a Julio, y si tenemos que dar todo el esfuerzo esta tarde, que sea por este cabrón", causando la emoción de todos en el camarín.
