Esta mañana explotó la bomba y Diario Récord, en la columna del Francotirador, reveló que Pablo Ceppelini prestó su casa para que Alan Mozo celebrara una fiesta el pasado 17 de agosto, celebración que terminó con varias personas y el mismo jugador de Pumas UNAM contagiados de coronavirus.

¿El problema? Las autoridades sanitarias prohíben las fiestas y juntadas masivas, como una de las medidas del semáforo epidemiológico de la CDMX, y en Cruz Azul confiaban en que sus jugadores estaban siguiendo a rajatabla el protocolo sanitario y de seguridad.

Más aún considerando que Pablo Ceppelini había sido uno de los casos positivos de covid-19 en la Máquina a fines de julio, razón por la que se perdió la jornada 1 del torneo Guard1anes 2020 de Liga MX y no ha vuelto a sumar minutos en el torneo.

Por esa razón, esta tarde ESPN reveló que Jaime Ordiales y Robert Dante Siboldi le llamaron la atención al volante uruguayo, junto con recordarle que violó el reglamento que todos los jugadores de la Máquina firmaron a principios de la pretemporada, para evitar posibles contagios y poner en riesgo al plantel y sus familias.

Ceppelini recibirá una sanción económica, como primera consecuencia tras celebrar esta fiesta, pero no se revelaron los montos del castigo. Además, es probable que sea borrado de la próxima convocatoria de Cruz Azul y no esté disponible para volver a las canchas, luego de su acto irresponsable.