Fue la polémica del fin de semana. En pleno semáforo rojo en la Ciudad de México, y apenas unos minutos antes de que comenzara el encuentro entre Cruz Azul y Puebla, se viralizó un video en el que se veía a Jonathan Rodríguez de fiesta con el uniforme de concentración celeste, y fuentes aseguraban que era de la noche anterior.

Álvaro Dávila, presidente de la Máquina, aseguró que sí habría castigo para el delantero uruguayo. Cercanos al club aseguran que la intención de la directiva era sancionar a Cabecita sin convocarlo a un partido y con una multa económica, sin descartar su venta a alguna liga poco atractiva y marginarlo de Liga MX, pero todo sigue en stand-by de momento.

 

Si bien se suponía que este lunes sería la reunión en que los altos mandos de Cruz Azul se reunirían, para evaluar el caso Rodríguez, se toparon con un problema grande y que nunca estuvo en consideración hasta este momento, en que un miembro del plantel cometió una indisciplina grande: no está contemplado en el reglamento interno.

Según explica la columna del Francotirador de Diario Récord este martes, la gran disyuntiva que debe enfrentar la directiva cementera es que "¿cómo castigar algo que no está contemplado en el reglamento interno, que no está en blanco y negro ni firmado por los futbolistas?".

"Contrario a lo que sucedió en Chivas, que es el mejor ejemplo en estos casos de indisciplinas, donde ya existe un reglamento bien clarito sobre lo que puede pasar en caso de romper los códigos, en Cruz Azul no está plasmado en el papel. Sin esa claridad no se pueden sacar un castigo de la manga, aunque lo amerite el jugador según el sentido común. Es un tema con implicaciones legales, incluso. No está fácil determinar el castigo, y menos con uno de los directivos fuera de acción", señalan. Increíble.