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Poco queda ya, por no decir nada, de aquellas voces que pedían la cabeza de Robert Dante Siboldi a comienzos del Clausura 2020 tras dos derrotas consecutivas. Tras ese bajón inicial, el técnico uruguayo ha encontrado la tecla del equipo y su Cruz Azul se ha convertido en un vendaval. Desde hace seis meses -contando losde cuarentena- que los cementeros no caen en un partido, situación que ha vuelto ambicioso al charrúa, que dijo querer una final ante su máximo rival: el América.
“Para salir campeón hay que ganarle a todos. El que la afición está queriendo, deseando, es el América; ¿Me gustaría jugar contra América la final?, pues sí”, comentó Siboldi en una entrevista para Pasión W.
Desde el parón por la pandemia hasta el reinicio de los entrenamientos y posterior disputa de la Copa por México, La Máquina ha mostrado un ritmo avasallante en cada partido del certamen. En su debut despachó a Pumas con una goleada 1-4, mismo marcadorrepitió contra Las Águilas, mientras que al Toluca lo venció por la mínima; resultados que confirman el buen momento del plantel celeste que aspira a romper con 22 años de sequía.
“Sabemos que este tipo de partidos contra América por más que sean de preparación o amistosos, para la afición es el eterno rival, hay que jugarlos con máxima intensidad. Es un gran rival, nos complicó en el primer tiempo, ajustamos, se dieron las jugadas, acciones y a los jugadores que estuvieron muy metidos y comprometidos. Sabemos lo que representa ganarle al América“, comentó del partido del pasado sábado que terminó con una exhibición de juego y goleada en otra edición del Clásico Joven.
Siboldi ha cambiado la cara a un Cruz Azul que es ahora mismo el equipo más en forma del fútbol mexicano. A solo semanas del inicio de la Liga MX, las quinielas apuestan a un triunfo celeste en el primer torneo post pandemia. Aún queda mucho camino por recorrer en apenas el inicio del semestre futbolístico, pero de seguir con lo mostrado a estas alturas, las aspiraciones del entrenador charrúa podrían ser algo más que una simple conjetura y transformarse en una certeza, y hasta en un desenlace inevitable.