Dando una muestra más de que la lucha de poder dentro de Cruz Azul es cada vez más fuerte, el vicepresidente Víctor Garcés acusó públicamente al presidente Billy Álvarez de no imponer mano dura dentro de la institución.

En declaraciones a la revista Proceso, el directivo señala que "él trae un uso y costumbre desde la administración de su padre. Sólo que Guillermo Álvarez padre fue fuerte y rígido. Billy heredó esa posición, la quiere conservar con base en un mando complaciente, tolerante y yo no. Las normas se hicieron para respetarse, y si no se respetan, tiene que haber una autoridad que las haga valer. Él es una persona pasiva, y para dirigir una empresa también se requiere la energía y la exigencia de respeto".

En ese sentido, Garcés reconoció que su próximo objetivo es abrir el club a los aficionados, ya que "la afición tendrá el derecho a opinar sobre la recontratación de un jugador mediante una encuesta. La opinión del aficionado será tomada en cuenta, tenga o no contrato el jugador. Estoy metiendo candados en los contratos de tres años; si la afición no acepta al futbolista, tendré argumentos legales para dar por concluido el compromiso".