Cruz Azul vive una semana más que especial, ya que volverá a jugar una final de Concachampions después de 11 años: el próximo 1° de junio se medirá ante Vancouver Whitecaps, con el agregado de que será a partido único y en el Estadio Olímpico Universitario ante su gente, lo que le dará un color todavía más espectacular.
Luego del trago amargo de quedarse en la puerta de la Gran Final del Torneo Clausura, tiene una inmejorable chance de remediar la desazón de sus aficionados. En caso de que se proclame campeón de la competencia, alcanzará el séptimo trofeo en su historia y, junto al América, serán los más ganadores.

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La primera Concacaf Champions Cup la levantó en el año 1969, luego de derrotar a Comunicaciones por 1 a 0, equipo de Guatemala. Lejos de que su poderío internacional quedase allí, La Máquina repitió el éxito tanto en la edición de 1970 como la de 1971, siendo el primer tricampeón de la competición.

La Máquina se hizo grande desde los primeros años del certamen (Foto: Apuntes de Rabona).
Pero luego de ese tricampeonato, que además incluyó varios títulos de Liga MX de por medio y gracias a la labor de Enrique Meza, llegó la sequía. Cruz Azul estaría 25 años sin poder dar la vuelta olímpica en la Concachampions, hasta que en el año 1996 la gran camada con la que contaba lo hizo posible.
A diferencia del formato actual, el título de la Concacaf se definió en un grupo jugando todos contra todos a un Cuadrangular Final, en donde La Máquina sumó más puntos que los demás. Un integrante de aquel plantel fue nada menos que el Conejo Pérez, quien en aquel entonces era el guardameta suplente.
Conejo Pérez reveló cómo vivieron las Concachampions del 96 y 97
El ex arquero habló en exclusiva para Vamos Azul, en donde dejó detalles de su experiencia puertas dentro. “La verdad es que lo celebramos mucho, veníamos de temporadas irregulares en donde la gente nos veía de reojo. Si bien no me tocó ser parte de los titulares, puedo dar fe de que a ese grupo no le importaba quien jugara, teníamos claro lo que queríamos”.

“Al final pudimos marcar una época a nivel internacional, mientras que también pudimos quitarnos el mal sabor de boca siendo campeones en el Invierno del ’97“, expresó el Conejo en relación a la Octava Liga MX conseguida. Justamente en ese año, Cruz Azul volvió a probar las mieles del éxito a nivel continental.
En dicha edición comenzó un formato muy similar al que existe hoy en día, en donde los equipos se van eliminando llave tras llave hasta que dos llegan a la final. En ese caso, el cementero se midió ante Los Ángeles Galaxy de la MLS a partido único, el cual estuvo repleto de goles: ¡Terminó 5 a 3!

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Los goles de ese cotejo se los repartieron entre Carlos Hermosillo (2), Benjamín Galindo, Johan Rodríguez y Héctor Adomaitis. Este último rememoró el significado de esta conquista con mucha efusión, haciendo hincapié (al igual que el Conejo) en el excelente grupo que había en aquel momento.

Adomaitis integró un equipo plagado de figuras (Archivo).
“Jugar en este equipo no era solo firmar contrato, es conocer el club, no solo entrar a La Noria: tenés que recorrerlo, conocer las canchas, conocer al que cuida los autos, el que toma la foto, el canchero, utilero, el cocinero… afortunadamente la gran mayoría entendió muy rápido lo que tenía que hacer, lo que se podía hacer y lo que estaba prohibido”.
“Un lado humano increíble tenía Cruz Azul. Por eso tenés que entrenar y dar lo mejor de sí, responderles a esa confianza que se le deposita cuando te van a buscar. Jugadores como Hermosillo, Melvin Brown, el Flaco Scopponi, Juan Reynoso… todos eran caudillos y referentes que no solo jugaban espectacularmente bien, sino que ayudaban a los más jóvenes”, recordó.
El recuerdo de Melvin Brown sobre la Concachampions 1997
El argentino nombró a un caudillo en la defensa, aunque en ese momento era muy joven y solo integró una vez el banco de suplentes: se trata de Melvin Brown, quien debutó oficialmente en el año 1998 con los colores del cementero, y tiempo después se transformaría en todo un referente del plantel.

Melvin Brown recordó cómo vivió la Concachampions.
También en diálogo exclusivo para Vamos Azul, el mexicano expresó sus sensaciones al respecto. “A mi me tocó verlo desde afuera, apenas era un chavo que aún no sabía qué iba a hacer con su vida. Los grandes nos ayudaban bastante me acuerdo, creo que sin ellos no hubiera sido posible”.
Su gran nivel en Cruz Azul lo hizo participar de la Copa del Mundo de Corea y Japón 2002, aunque no le tocó disputar ningún partido. Tras marcharse en el 2004 tuvo dos etapas más en el equipo, siendo la última de ellas en la temporada 2009-2010, época de vacas flacas nuevamente.
Justamente en dicho momento La Máquina busca su sexta Concacaf Champions Cup y de hecho llegó a la gran final, aunque cayó en manos de Pachuca tras un gol agónico de su parte. No obstante, la revancha llegaría tan solo un lustro más tarde y alzó el trofeo continental en el 2014.
El recuerdo de Loeschbor sobre la última Concachampions: “Había mucha presión”
Ese equipo contaba contaba con grandes figuras como el Chaco Giménez, Luis Amaranto Perea, Cata Domínguez, Jesús Corona, Gerardo Torrado o Mariano Pavone, entre otros tantos. Quien fue titular tanto en la final de ida como de vuelta ante Toluca fue el argentino Emanuel Loeschbor, el cual también dejó sus sensaciones.

La última Concachampions de Cruz Azul fue en 2014 (Getty Images).
“Un recuerdo hermoso, había mucha presión sobre nosotros porque el equipo no ganaba nada desde la década del ’90, entonces nos propusimos hacer hasta lo imposible para ser campeones. Yo creo que fuimos justos ganadores en esa final, que curiosamente en aquel entonces tenía gol de visitante”, exclamó.
Cruz Azul, un campeón que “no ganó”
Es que claro, la ida en el Estadio Ciudad de los Deportes había terminado sin goles, por lo que el empate 1 a 1 en el Nemesio Diez le dio la sexta y hasta ahora, última Concachampions al cementero. En caso de derrotar a Vancouver el próximo domingo no solo levantará el trofeo, sino que tendrá premio doble.
En primer lugar sacarían un boleto directo a la próxima edición del Mundial de Clubes, a disputarse en el año 2029. Pero a fines del 2025 podrá participar de la Copa Intercontinental en Qatar, la cual reunirá a los ganadores de la Copa Libertadores, Champions Leagues y más. El premio no solo sería deportivo, sino que en cada llave que lograra avanzar embolsaría 2 millones de dólares.