La portería es uno de los puestos más injustos en el futbol por la constante exposición al error. Además solamente uno es quien recibe la confianza del entrenador para ser titular. Entonces, mientras el resto de jugadores puede ganarse un lugar demostrando en el entrenamiento, la situación del portero es mucho más complicada.
Uno de los casos más claros en la Liga MX es el de Yosgart Gutiérrez, quien es el portero con más suplencias en la historia del futbol mexicano. A pesar de que tuvo oportunidades de demostrar, en La Máquina se quedó a las sombras de Jesús Corona. Fueron muchas temporadas las que el portero mexicano se mantuvo en la institución, incluso con la falta de protagonismo.
En una entrevista con La Capitana, Yosgart contó por qué se mantuvo tanto tiempo en La Máquina: “Amo a Cruz Azul. Lo que hice siempre fue decir: ‘bueno si me toca ser suplente, voy a ser el mejor suplente’. Sabía cuál era mi papel, demostrarle al entrenador que puedo jugar, que puede confiar en mí y que voy a estar listo cuando me necesite. Normalmente lo hice bien, creo que es por eso que dure tanto en el club”.
En total, Gutiérrez registró un total de 506 suplencias a lo largo de su carrera, sumando sus pasos por Cruz Azul, Pumas, Necaxa y Atlante. Por supuesto, su importancia dentro del vestidor también era clave para que cualquier entrenador quisiera tenerlo en su plantilla. En el cuadro cementero solamente logró ganar la Copa México del Clausura 2013.

La confesión de Yosgart Gutiérrez sobre su paso por Cruz Azul (Imago 7)
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Aunque en primera división no logró destacarse de la manera que esperaba, en fuerzas básicas era un portero que prometía bastante. Entonces, cuando todavía era adolescente, tuvo ofertas de diferentes equipos para seguir formándose como futbolista. “Me buscaron de Chivas y me buscaron de Cruz Azul. Mi papá era el que recibía las llamadas y un día se hartó de estar contestando. Me dijo: ‘¿Te vas a ir o no?’. Fue ahí cuando respondí que me iba a México otra vez”, contó el portero.

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Además, agregó: “Una corazonada me dio por venirme para acá. Cuando una corazonada te llama… Dije, me voy para allá. México ya conozco, ya estuve de alguna manera estuve como 4 meses allá, cinco. Y pues vamos, ahí está. Ya. Entonces, mi papá se vino conmigo acá, a Ciudad de México y todo. Estuvo un tiempo acá en lo que yo me adaptaba”.